Antes de llegar a la empresa, hice detener a Mariano frente a una farmacia, si el se enfermaba de verdad, sería un enorme problema!
Cuando llegamos a la empresa saque las pildoras.
— toma esto —
Le di un par de píldoras.
— vas a matarme? por qué tantas? —
Abrí la botella de agua y se la pase.
— deja de ser tan quejica y tomate los medicamentos! —
Lo regañe.
— está bien! pero si me pasa algo será tu culpa —
El se tomó el medicamento y después me sonrió.
Yo puse mi palma en su frente, se sentía caliente y me preocupaba un poco.
— estoy bien! un poco de fiebre no va a matarme, o al menos eso espero —
Me aleje de él y ordené los documentos que el presentaría en la junta de hoy.
— vamos, es de mal gusto que tú llegues tarde —
El asintio con la cabeza y camino a mi lado.
— No quiero que te acerques mucho a Sam, se le nota que quiere robarte—
Está rivalidad en la que yo desgraciadamente me había involucrado me tenía cansada!
— no soy una cosa. pero no te preocupes, el no me quiere pagar lo suficientemente como para abandonarte —
Mariano me detuvo.
— eso me dolió, o sea que estás conmigo solo por dinero? pensé que me querías —
Seguí caminando y lo deje atrás.
— eso lo tomaré como un te amo Mariano —
Me rei un poco, después volví a mi típica expresión de seriedad y entre a la oficina donde se haría la junta.
Mariano entro detrás mío y se sentó en la cabecera de la enorme mesa.
— buenos días a todos —
Saludo Mariano, a pesar que el era un payaso la mayor parte del tiempo, cuando de trata de trabajo es bastante responsable.
Empecé a entregar los folder a los empresarios que estaban allí, Sam me miró y me dió una pequeña sonrisa yo se la devolví y seguí entregando los folder.
Cuando llegue a Mariano el me miró mal.
— puedes mandar a buscar café? —
Yo asentí con la cabeza y salí de la oficina.
Después de que la reunión termino yo me quedé para recoger los folders y limpiar un poco.
— te puedo ayudar? —
Me preguntó Sam entregamdome un folder.
— estoy bien! no sé preocupe señor Danner —
El me entrego una pequeña cajita con dos chocolates.
— para endulzar tu día —
Yo le sonreí un poco, este hombre era igual de pícaro que Mariano.
— gracias —
Mariano se acercó a nosotros, envolvió su brazo en mi cintura y me atrajo a el.
— ella no va a trabajar contigo, eres muy tacaño —
Sam lo miró mal.
— ella me lo dijo —
Yo me aparte de Mariano y le di una mirada de advertencia, como se atrevía a decir eso!
— eso es mentira! una disculpa —
Sam sonrió y después se despidió de nosostros, cuando lo ví salir de la oficina voltee a ver a Mariano.
— cómo pudo decir eso! que vergüenza! —
Mariano me quito los chocolates, se sento en una de las sillas y los miró.
— si que es tacaño! solo dos chocolates? —
El abrió el paquete y se metió los dos chocolates en la boca.
— por qué se comes las cosas que no son suyas? —
El se encogió de hombros.
— esto tiene nueces? —
Me preguntó un poco nervioso, yo le apreté la mandíbula para que abriera la boca, pero el muy imbécil ya se había tragado los chocolates.
— vomitalo! —
Intente meterle el dedo a la boca pero Mariano se levantó de inmediato.
— llévame a un hospital, siento que se me está cerrando la garganta —
Lo que faltaba!
Agarre la mano de Mariano y lo saqué de la oficina casi corriendo, sería un gran problema si el de moría.
Cuando saque a Mariano de la empresa lo voltee a ver, se estaba hinchando su cara.
— me siento mal Karina —
Mierda!! detuve un taxi y lo metí casi a empujones.
— al hospital más cercano —
Le dije al taxista.
— estoy muy joven para morir! —
Agarre su rostro entre mis manos.
— no te vas a morir, al menos no en mis horas de trabajo, ahora relájate! ya casi llegamos al hospital —
El taxista fue lo más rápido que pudo, cuando llegamos al hospital Mariano tenía media cara hinchada, se veía horrible!
Lo saqué del taxi y corrí con el, una enfermera se acercó a nosotros rápidamente y se lo llevó a uno de los cubículos, yo fui con ella y sostuve la mano de Mariano cuando Le inyectaron algún medicamento para la alergia que estaba sufriendo.
— puedes respirar bien? —
Le pregunto la enfermera.
— me cuesta un poco —
Ella asintio con la cabeza.
— no te preocupes, con el medicamento ya pronto estarás mejor —
Yo estaba con el Jesús en la boca, que susto tan grande!
— muchas gracias —
Le dije a la enfermera, ella me sonrió y se fue.
— casi te quedas sin jefe Karina, tienes que apreciarme más —
Me senté en una silla plástica que estaba al lado de la camilla. este día ha sido tan dramático!
Salimos del hospital a las 11 de la noche, Mariano ya se veía mucho mejor, pero yo estaba muerta del cansancio!
— te vas a quedar conmigo está noche? —
Me preguntó, yo lo mire y negué con la cabeza, necesitaba un descanso de el, quería tirarme en mi cama y dormir!
— y si me enfermo otra vez? —
Me preguntó.
— no quiero estar solo! —
Que estresante!
— solo por hoy —
No me quedaba otra que aceptar, Mariano era demasiado insistente!
— está bien! —
Le dije de mala gana. el detuvo un taxi y nos fuimos directo a su apartamento.
Cuando entramos a su apartamento, el corrió a la cocina.
— tienes hambre? —
Me preguntó. cómo puede tener hambre después de lo que pasó!
Yo fui a la cocina y lo quedé mirando, el se estaba tomando un zumo .
— que enseñanza nos dejó esto que pasó? —
Le pregunté con los brazos cruzados.
— que no debes recibir nada que te de Sam, casi me mata! —
Cómo podía ser tan descarado!
— tu comiste eso sin permiso! esos chocolates eran para mí! —
Mariano se acercó a mí, me agarró de la cintura y me pegó a su pecho.
— te salve la vida, deberías estar agradecida —
Lo empuje y me fui a la habitación que estaba desocupada, lo que resta del día de hoy no quiero saber más de Mariano.
Me quite los zapatos y me saque el sostén.
Mariano entro a la habitación sin permiso, tenia una almohada en brazos y un pijama.
— esto es para ti —
Me entrego el pijama.
— gracias! —
Le dije y fui al baño para ponermelo.
Cuando salí del baño mire a Mariano tirado en la cama.
— por qué aún estás aquí? —
Le pregunté.
— vamos a dormir juntos! ven —
Mariano palmeo el colchón .
— esto es una broma no? —
Mariano se levantó y me arrastró a la cama, después se acostó, me abrazo y tiró su pierna sobre las mías.
— dulce sueños Karina —
Me dijo antes de apagar la lámpara.