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1251 Words
Antes de llegar a la empresa, hice detener a Mariano frente a una farmacia, si el se enfermaba de verdad, sería un enorme problema! Cuando llegamos a la empresa saque las pildoras. — toma esto — Le di un par de píldoras. — vas a matarme? por qué tantas? — Abrí la botella de agua y se la pase. — deja de ser tan quejica y tomate los medicamentos! — Lo regañe. — está bien! pero si me pasa algo será tu culpa — El se tomó el medicamento y después me sonrió. Yo puse mi palma en su frente, se sentía caliente y me preocupaba un poco. — estoy bien! un poco de fiebre no va a matarme, o al menos eso espero — Me aleje de él y ordené los documentos que el presentaría en la junta de hoy. — vamos, es de mal gusto que tú llegues tarde — El asintio con la cabeza y camino a mi lado. — No quiero que te acerques mucho a Sam, se le nota que quiere robarte— Está rivalidad en la que yo desgraciadamente me había involucrado me tenía cansada! — no soy una cosa. pero no te preocupes, el no me quiere pagar lo suficientemente como para abandonarte — Mariano me detuvo. — eso me dolió, o sea que estás conmigo solo por dinero? pensé que me querías — Seguí caminando y lo deje atrás. — eso lo tomaré como un te amo Mariano — Me rei un poco, después volví a mi típica expresión de seriedad y entre a la oficina donde se haría la junta. Mariano entro detrás mío y se sentó en la cabecera de la enorme mesa. — buenos días a todos — Saludo Mariano, a pesar que el era un payaso la mayor parte del tiempo, cuando de trata de trabajo es bastante responsable. Empecé a entregar los folder a los empresarios que estaban allí, Sam me miró y me dió una pequeña sonrisa yo se la devolví y seguí entregando los folder. Cuando llegue a Mariano el me miró mal. — puedes mandar a buscar café? — Yo asentí con la cabeza y salí de la oficina. Después de que la reunión termino yo me quedé para recoger los folders y limpiar un poco. — te puedo ayudar? — Me preguntó Sam entregamdome un folder. — estoy bien! no sé preocupe señor Danner — El me entrego una pequeña cajita con dos chocolates. — para endulzar tu día — Yo le sonreí un poco, este hombre era igual de pícaro que Mariano. — gracias — Mariano se acercó a nosotros, envolvió su brazo en mi cintura y me atrajo a el. — ella no va a trabajar contigo, eres muy tacaño — Sam lo miró mal. — ella me lo dijo — Yo me aparte de Mariano y le di una mirada de advertencia, como se atrevía a decir eso! — eso es mentira! una disculpa — Sam sonrió y después se despidió de nosostros, cuando lo ví salir de la oficina voltee a ver a Mariano. — cómo pudo decir eso! que vergüenza! — Mariano me quito los chocolates, se sento en una de las sillas y los miró. — si que es tacaño! solo dos chocolates? — El abrió el paquete y se metió los dos chocolates en la boca. — por qué se comes las cosas que no son suyas? — El se encogió de hombros. — esto tiene nueces? — Me preguntó un poco nervioso, yo le apreté la mandíbula para que abriera la boca, pero el muy imbécil ya se había tragado los chocolates. — vomitalo! — Intente meterle el dedo a la boca pero Mariano se levantó de inmediato. — llévame a un hospital, siento que se me está cerrando la garganta — Lo que faltaba! Agarre la mano de Mariano y lo saqué de la oficina casi corriendo, sería un gran problema si el de moría. Cuando saque a Mariano de la empresa lo voltee a ver, se estaba hinchando su cara. — me siento mal Karina — Mierda!! detuve un taxi y lo metí casi a empujones. — al hospital más cercano — Le dije al taxista. — estoy muy joven para morir! — Agarre su rostro entre mis manos. — no te vas a morir, al menos no en mis horas de trabajo, ahora relájate! ya casi llegamos al hospital — El taxista fue lo más rápido que pudo, cuando llegamos al hospital Mariano tenía media cara hinchada, se veía horrible! Lo saqué del taxi y corrí con el, una enfermera se acercó a nosotros rápidamente y se lo llevó a uno de los cubículos, yo fui con ella y sostuve la mano de Mariano cuando Le inyectaron algún medicamento para la alergia que estaba sufriendo. — puedes respirar bien? — Le pregunto la enfermera. — me cuesta un poco — Ella asintio con la cabeza. — no te preocupes, con el medicamento ya pronto estarás mejor — Yo estaba con el Jesús en la boca, que susto tan grande! — muchas gracias — Le dije a la enfermera, ella me sonrió y se fue. — casi te quedas sin jefe Karina, tienes que apreciarme más — Me senté en una silla plástica que estaba al lado de la camilla. este día ha sido tan dramático! Salimos del hospital a las 11 de la noche, Mariano ya se veía mucho mejor, pero yo estaba muerta del cansancio! — te vas a quedar conmigo está noche? — Me preguntó, yo lo mire y negué con la cabeza, necesitaba un descanso de el, quería tirarme en mi cama y dormir! — y si me enfermo otra vez? — Me preguntó. — no quiero estar solo! — Que estresante! — solo por hoy — No me quedaba otra que aceptar, Mariano era demasiado insistente! — está bien! — Le dije de mala gana. el detuvo un taxi y nos fuimos directo a su apartamento. Cuando entramos a su apartamento, el corrió a la cocina. — tienes hambre? — Me preguntó. cómo puede tener hambre después de lo que pasó! Yo fui a la cocina y lo quedé mirando, el se estaba tomando un zumo . — que enseñanza nos dejó esto que pasó? — Le pregunté con los brazos cruzados. — que no debes recibir nada que te de Sam, casi me mata! — Cómo podía ser tan descarado! — tu comiste eso sin permiso! esos chocolates eran para mí! — Mariano se acercó a mí, me agarró de la cintura y me pegó a su pecho. — te salve la vida, deberías estar agradecida — Lo empuje y me fui a la habitación que estaba desocupada, lo que resta del día de hoy no quiero saber más de Mariano. Me quite los zapatos y me saque el sostén. Mariano entro a la habitación sin permiso, tenia una almohada en brazos y un pijama. — esto es para ti — Me entrego el pijama. — gracias! — Le dije y fui al baño para ponermelo. Cuando salí del baño mire a Mariano tirado en la cama. — por qué aún estás aquí? — Le pregunté. — vamos a dormir juntos! ven — Mariano palmeo el colchón . — esto es una broma no? — Mariano se levantó y me arrastró a la cama, después se acostó, me abrazo y tiró su pierna sobre las mías. — dulce sueños Karina — Me dijo antes de apagar la lámpara.
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