La lluvia caía sobre la sabana africana, empapando la tierra y refrescando el aire. Jay, un joven Homo habilis de 15 años, se refugió bajo un árbol de acacia, observando cómo la lluvia transformaba el paisaje.
Jay era un m*****o de una pequeña tribu de Homo habilis que vivían en la sabana. Su vida era simple: cazaban, recolectaban frutas y verduras, y se protegían de los depredadores. Pero Jay era diferente. Tenía una curiosidad insaciable y una sed de aventuras que lo llevaban a explorar más allá de los límites de su tribu.
De repente, un trueno estalló en el cielo, y Jay se sobresaltó. Miró hacia arriba y vio una figura oscura que se acercaba hacia él. Era un Homo rudolfensis, una especie más primitiva que la de Jay.
El Homo rudolfensis se acercó a Jay con una mirada hostil. Jay sabía que debía defenderse, así que tomó una piedra y se preparó para luchar. Pero justo cuando el Homo rudolfensis iba a a****r, un rayo cayó sobre él, electrocutándolo.
Jay se quedó estupefacto. Miró hacia arriba y vio que la lluvia había cesado. El sol comenzó a salir, y Jay se dio cuenta de que había sobrevivido a un peligro mortal.
Pero Jay sabía que no podía quedarse allí. La tribu del Homo rudolfensis podría regresar para vengarse. Así que Jay tomó su piedra y comenzó a caminar hacia el norte, en busca de un nuevo hogar y una nueva vida.
Jay no sabía que estaba a punto de embarcarse en una odisea que lo llevaría a través de millones de años de historia, desde la época de Homo habilis hasta los tiempos modernos. Pero estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.
Y así, Jay comenzó su viaje a través del tiempo, dispuesto a sobrevivir y a prosperar en un mundo en constante cambio.