Después de una disputa con el personal y dueño del hospital por culpa del exnovio de la hermana de Ada, dieron de alta a Kristin y pudimos traerla a casa. Por razones de tranquilidad para mí, las traje a mi departamento para que ambas pudieran descansar. Sé que la bambina necesita que la sigan atendiendo, pero Ada se hará cargo mientras tanto y si debo contratar al psicólogo, hablaré con Alessandra para que me ayude a encontrar uno que sea bueno. —Llámame por lo que sea que necesites —me dice mi amigo a punto de salir del departamento—. Y si tengo información sobre lo que hablamos en el hospital, te lo hago saber de inmediato. —Gracias, Alessandro —nos damos un pequeño abrazo—, y por traer a Cristal, gracias. Sé el problema que te estoy buscando, pero… —¿Cuándo no me traes problemas? —