Hospital de niños. 30 minutos después… Me tragué las calles de la ciudad como una bestia. Necesitaba llegar lo más rápido que mi auto me permitiera. Ni siquiera le dije a mis guardaespaldas a donde me dirigía, solo empecé a conducir y los vi perseguirme un rato después. Lo bueno de vivir en la ciudad, es que todo queda relativamente cerca. Por primera vez agradecí vivir en Sicilia. Camino por los pasillos del hospital y soy consciente de que la hora de visita ya se acabó, pero necesito encontrarlas. Me di cuenta de que alguien iba a intentar sacarme y sí, mis guardaespaldas ya habían rodeado el hospital, así que solo tuve que presentarme como el reconocido empresario de Sicilia para que me dejaran en paz. Recorro los pasillos del hospital con paso rápido, ya que siento que lo úni