CAPÍTULO DIECISÉIS Ya eran las 5:15 para cuando terminaron en casa de Rick Dentry y Mackenzie estaba agotada. La mera idea de conducir de vuelta a Quantico solo para dar la vuelta y hacer el mismo viaje al día siguiente no le resultaba muy lógica. Tampoco lo era para Bryers. Mientras Mackenzie conducía, él llamó a McGrath y pidió autorización para pasar la noche en Strasburg. Veinte minutos después, se estaban registrando en un motel pequeño pero sorprendentemente pintoresco. Tomaron dos habitaciones individuales y cuando Mackenzie se estiró en su cama al cerrar la puerta de su habitación, pudo escuchar a Bryers en la habitación contigua. Estaba tosiendo de nuevo. Era una tos rugiente y seca que le empezaba a preocupar. Claro que si él continuaba haciendo la vista gorda al respecto, ella