Harry Stone
...
—Sexo —coincidí con ella al instante.
Su boca se convirtió en una sonrisa de satisfacción. Tenía hambre de mí, como yo tenía hambre de ella. Le rocé el labio inferior con el pulgar; la callosidad de mis dedos entró en contacto con sus suaves y cálidos labios. Ya podía sentir el deseo s****l que irradiaba mi cuerpo, dispuesto a estar cerca de ella, a sentirla. Bajé la cabeza hasta la curva de su cuello, oliendo la frescura de su cuerpo lavado. Su pelo aún estaba mojado por la ducha que había tomado hacía un rato.
Había elegido su atuendo por comodidad, pero probablemente era lo más sexy que le había visto nunca. Sabía que no estaba intentando conseguir un look de —camisa grande rasgada, calcetines negros altos —pero estaba caliente. Muy follable para ser honesto. Mis man
