NARRA IAN Desperté con el timbre de mi celular, alguien me estaba llamando. Sentía que la cabeza me iba a estallar, y también tenía unas horribles ganas de vomitar. Estaba totalmente desorientado, no recordaba nada. -¿Hola? – contesté el celular para que no siguiera timbrando y taladrándome los oídos. -¡Ian! ¿¡Dónde rayos estás!? – Me gritó mi padre al otro lado de la línea, tanto que tuve que alejar un poco el celular de mi oreja - ¡El entrenamiento empezó hace media hora! Miré el reloj digital que reposaba en mi mesa de noche, y efectivamente, ya iba súper tarde al entrenamiento. -Papá, he amanecido enfermo – le dije, efectivamente sintiéndome así. -¿Qué? ¿Enfermo? ¿Qué tienes? – preguntó, ahora preocupado. -Tengo ganas de vomitar, y me duele la cabeza – respondí con dificulta