Candela abrió la puerta al escuchar el auto aparcar afuera, Nick sonrió al verla asomarse, parece un perro que conoce el sonido del motor del auto de su dueño, aunque este venga demasiado lejos de casa. ―¿Estás bien? ―Salió a recibirlos. ―¿Quieres hablarlo? ¿Quieres acostarte en medio de la sala a observar el techo? ¿Necesitas bailar? ¿O prefieres golpear el árbol de navidad con el bat? ―Vikram alzó las cejas. ―Estoy bien. ―Nick la tranquilizó. ―De hecho, he venido porque Vik dijo que tenía algo preparado, no sabía que te lo había contado todo. ―Lo miró con reproche. ―Por eso lo quiero, él no me oculta nada de lo que te pasa. ―Se cruzó de brazos. ―Ese olor a menta mezclado con cigarros y perfume barato da asco. ―Vik y Nick giraron al ver a Esko. ―Ese pelo rojo chillón me escandaliza. ―