ALEXANDER Es una malcriada, se la pasó dándole ordenes a Sara hasta que en una arrogancia total decidió ir a cocinarse ella misma. Porque obviamente debe demostrar que ella puede hacerlo mejor. - Disculpa Sara por esa malcriada. - Tranquilo señor, en realidad no me molesta. - No tienes que fingir, todos sabemos lo arrogante y caprichosa es. - Créame que no estoy fingiendo, lo conozco desde que usted es un niño, sabe bien que nunca he tenido temor de decir lo que pienso en voz alta y la muchacha me ha sorprendido, en realidad cocina muy bien, a veces nos prepara hasta la cena para que vayamos comiendo algo. - ¿De verdad? - Sí, es bastante amable cuando decide hablar. Claro que nunca cambia esa cara de pocos amigos, con las chicas tenemos la duda de