ALEXANDER
Me despierto y me siento extraño, he tenido la mejor noche de todas, pero ahora no sé qué hacer, me siento confundido y culpable. Anna abre los ojos en mis brazos y busca incorporarse, la detengo.
- Quedémonos un momento más así – le pido, mientras acaricio su hermoso cabello.
Cuando nuestros estómagos no pueden más nos levantamos a desayunar, le preparo un sencillo pero delicioso desayuno, bueno solo huevos y café, pero vamos, recordé traer pan. Estamos charlando en calma cuando la veo pensativa.
- Dime, ¿qué pasa?
- Te vas a enojar.
- Prometo no hacerlo, pero dime.
- ¿Por qué hiciste que despidieran a Daniel? Él necesita el empleo – frunzo el ceño, pero recuerdo mi promesa.
- Yo no hice que lo despidieran, solo recibí un mail de su je
