ANNA Pasan los días y mi conexión con Alexander regresó al inicio, o sea a cero. En la oficina me recarga de trabajo, las jornadas han crecido y a pesar de mi cansancio no puedo rendirme, no quiero perder lo único bueno que tengo ahora en mi vida: mi empleo. A la casa solo regresa por su ropa y a pasar un tiempo con Titán, nunca me saluda, ni siquiera me dirige la palabra. Intenté un par de veces, al final me rendí, me duele, pero tengo que concentrarme en mi meta: sobrevivir a este año. Me llama a su oficina, antes de entrar ya sé para qué se debe, algún regaño tonto como siempre, culpándome de todo, hasta de si llueve. Respiro profundo y entro topándome con Laura, saludo con el mayor profesionalismo que puedo cuando ella empieza a llorar dramáticamente acusándome de algo que ni siquie