¡POR AMOR A DIOS!

1715 Words

La vecina quien me ayuda gentilmente me retiene al decirme que todo está bien. Me trae un vaso con agua y dos pastillas para calmar los nervios. Pasa una hora hasta que el pediatra sale de la sala de emergencias muy agitado. — Señorita Paola buenas noches, tengo que decirle que el estado de salud de su hija es muy delicado, tardaron mucho tiempo en traerla al hospital. —Me dice el pediatra con el semblante preocupado. — ¡Doctor! ¿Qué le sucede a mi hija? ¿Cuán grave es la enfermedad? ¿Si tiene cura? —Le pregunto muchas inquietudes mientras me muerdo las uñas de la desesperación. —Señorita Paula el problema de hoy no es el mismo que la anterior vez donde se la trató a tiempo, esta vez debe quedarse interna para hacerle varios exámenes médicos. —Me contesta el pediatra continuando con la

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