Voy al baño del primer piso para tratar de arreglarme bien y nadie note mi congoja. Me quedo por 20 minutos tengo un malestar en trabajar que me da ganas de salir corriendo perdiéndome por cualquiera de las calles de Buenos Aires, pero mi papá viene a mi mente.
Debo ser fuerte Jully, no te dejes vencer por una decepción amorosa, el mundo no se acaba, tenés muchas oportunidades en la vida, eres joven y hermosa.
Mi conciencia me anima a darme por vencido, tiene razón no voy a permitir que un miserable argentino hijo de ricos me ponga la vida de cuadritos.
Salgo del baño para dirigirme al séptimo piso, al llegar mi jefa me pasa algunos papeles. El tiempo pasa tan lento quiero estar en mi cama y dormir hasta perder el conocimiento, me cuesta aceptar esta realidad.
Los hombres no se dan cue
