Después de llegar a casa acostamos a Ethan a dormir, ya sus dolores habían pasado, solo le quedo una pequeña cicatriz que Melanie insistió que parece a la del niño que vivió, cosa que confundió a Ethan ya que nunca ha visto ninguna película de la saga, en conclusión, ella hizo un berrinche sobre mi siendo una mala madre por no dejar que mi hijo disfrute de las películas de Harry Potter y que vendrá algún fin de semana para hacer un maratón de magia. - ¿Hablamos? - le digo en un susurro a Noah cuando Ethan ya está muy dormido y acurrucado en la seguridad de mi cama rodeado de almohadas, él asiente, caminamos a la cocina, tomó un poco de agua para ambos y nos sentamos juntos en el sillón grande, viéndonos cara a cara. - Ok, un hombre simplemente entró al piso, se acercó a Nowell y hablaron