Capítulo 5||

1571 Words
Emma Jackson La mano izquierda de Adam empieza a recorrer mi pierna derecha con lentitud hasta llegar a mi trasero, donde lo presiona con descaro, jadeo una vez más inevitablemente entre sus labios, continúo moviendo mis labios sobre los de él, quien ahora se encuentra con ambas manos inquietas sobre mi cuerpo, lo cual es suficiente para llevarme al borde de la locura, supongo que el que lleve tantos años sin nada de relaciones íntimas, ha afectado a mis hormonas. Sus labios dejan los míos, para en seguida repartir una serie de besos en mi cuello, el rostro cabreado de Aron aparece repentinamente en mi campo pensativo, haciéndome reaccionar de manera agresiva al instante, tomando a Adam por sorpresa con un fuerte empujón. —Ags. —Se queja desde el suelo. —Lo siento. —Me disculpo sujetando la toalla a mi cuerpo. —No debimos hacer eso Adam. —Suspiro con pesadez. —Ewan esta ahí abajo a solo centímetros y además somos hermanos. —Termino de decir, Adam se pone de pie mientras rueda sus ojos. —Hermanastros querrás decir. —Aclara, ahora soy yo quien rueda sus ojos. —Sal por favor, luego hablamos. —Le pido, me pongo de pie y camino hasta el armario. —¿Esto es por él, cierto? —Pregunta a mi espalda tomándome por sorpresa. —¿Qué?, no. —Exclamo. —Esto no tiene nada que ver con él, Aron no es nadie para mí. —Le digo. Él fija su mirada en mí. —¿Qué harás entonces? ¿Mantendremos la mentira de qué Ewan es mi hijo y qué estamos casados? —Inquiere con ironía. —No lo se, de acuerdo. Tu fuiste él de aquella absurda idea, sabes que en este momento Ewan debe de estar confundido. —Escupo con enojo. —Wow, ¿Ahora resulta absurda la idea? ¿Y qué esperabas? ¿Querías confesarle a ese infeliz qué él sí era el padre acaso? —Cuestiona con incredulidad. Su rostro desencajado me deja claro que esta enojado. —Necesito pensar ahora, por favor vete. —Le pido nuevamente, él se mantiene unos cinco segundos estético pero termina saliendo. ¡j***r! ¿Cómo mierdas vino a parar justo aquí en New york?, justo cuando pensaba que toda mi vida iba a volver a la normalidad, justo cuando pensaba que iba a hacer mucho más feliz en cuanto me mudara con Ewan, justo cuando estoy a punto de restablecer mi vida. ¿Qué carajos voy hacer? ¿Qué diablos le diré a Ewan? Me tiro sobre la cama y clavo mi rostro sobre la almohada en un absurdo intento de relajarme, diez minutos más tarde de auto destrucción y de pensamientos masivos, me pongo de pie y finalmente me pongo algo de ropa. Bajo las escaleras y veo a Ewan dormido en él sofá, siendo el visto en este caso por la televisión, me acerco hasta él, remuevo sus cabellos rizos castaños con suavidad, beso su frente para luego tomarlo en mis brazos, sus ojos se abren al instante. Le sonrío. —Mami, ¿Quién era él? —Pregunta al instante. —Era un compañero de la universidad. —Le respondo con suavidad. —¿En verdad es mi papá? —Vuelve a preguntar mirándome directamente al rostro con esos ojitos tan hermosos, los cuales son mi debilidad. —Tío Adam, es mi tío así que no puede ser mi papá, ¿Verdad? —Dios, ¿Cómo es que saca tremendas conclusiones? ¡Apenas tiene cuatro años! —Luego hablaremos de eso cariño, ahora tu debes dormir, te prometo que cuando despiertes, te prepararé un delicioso manjar, ¿Bien? —Ofrezco con la esperanza de que se olvide de aquel tema por ahora. —Esta bien mami. —Me dice acomodándose entre mis brazos. Sonrío una vez más inevitablemente, odia que lo trate como un niño, más sin embargo aún se comporta como un bebe, Dios, como lo amo. Lo llevo hasta la habitación, lo dejo en la cama con sumo cuidado, lo cubro con las sabanas, tomo mi celular de sobre la pequeña mesa y bajo nuevamente las escaleras, reviso mi correo por si hay alguna buena noticia sobre el empleo y nada, ya lo se, ya lo se, recién me entreviste hoy pero es que estoy muy nerviosa. Miro la hora en mi celular y veo que son las 6:40 PM, mierda, ¿En qué momento pasaron tantas horas? Subo a mi habitación nuevamente y tomo mi bolsa, debo comprar algo de comida para preparar la cena, además papá y Amelia están a punto de llegar. Coloco unos tenis sencillos en mis pies, paso el cepillo por mi cabello y salgo. —¿A dónde vas? —Me pregunta Adam mientras baja las escaleras. —Iré por algo de comida para la cena. —Le digo. —Pero si en la casa tenemos suficiente. —Replica frunciendo su ceño. —Quiero preparar unos tacos y no tenemos tortillas aquí. —Respondo con enfado, me empiezan a molestar sus cuestionarios y replicaciones. —Bien, déjame ir por mi chaqueta y te llevo. —Me dice girándose para subir las escaleras. —No es necesario, además necesito tomar algo de aire fresco. —Me apresuro a decir, después de lo sucedido, ahora es realmente incómodo para mí estar junto a él. Se voltea para verme y levanta una de sus pobladas cejas. —Insisto, esta a punto de anochecer, no es bueno que una chica ande sola por las calles a estas horas. —Me dice, apenas van a ser las 7 pm ¿A estas horas de la noche?, por favor. —De todas formas Ewan esta dormido aún y nuestros padres no han llegado, solo tardaré unos segundos, ¿Bien? —Le digo, él suspira y junto con ello rueda sus ojos. —Bien, si no estas aquí en 20 minutos, saldré a buscarte. —Me dice. —Deja de actuar como mi hermano mayor protector, no lo necesito. —Le digo para luego salir, dejándolo con las palabras en la boca. Recorro unos cuantos centímetros y a cuatro esquinas más, veo la tienda de los Handers, entro y enseguida me topo con una multitud de gente, ¿acaso hay especiales hoy? —Hola. —Saludo a la hija menor de los Handers, Hash, la cual es una amiga mía, no tan cercana como lo fuimos Scar y yo, pero sí, nos llevamos bastante bien y es lo que importa. —Hola, Emma. ¿Cómo estas? —Me saluda sonriéndome sin dejar de facturar las compras de una señora. —Bien, ¿Qué sucede? ¿Por qué hay tanta gente hoy? —Pregunto con curiosidad, Hash sonríe. —Papá va abrir una nueva sucursal en Boston, su compañero de negocio y él decidieron hacer una celebración mañana y están invitados todos los clientes y personas que hayan comprado aquí, por lo visto las voces corren como agua. —Me explica. —Oh, entiendo. Eso es una gran noticia, felicita al señor Handers por mí. —Le digo con sinceridad. —Lo haré, espero que también asistas a la fiesta mañana. —Me dice alzando algo su voz, ya que me comienzo alejar, adentrándome en los pasillos. —Lo pensaré. —Le grito de vuelta, volteando mi rostro en su dirección. Mi cuerpo impacta contra el de alguien más en cuanto volteo mi rostro, ambas caemos al suelo. —Ah, lo siento. —Me disculpo, mis ojos se abren con excesividad en cuanto la reconozco, ¿Esto es enserio? ¿Puede ser el mundo más pequeño aún? —Emma. —Menciona mi nombre con sorpresa, sorpresa que es totalmente mutua. —Hola. —Me limito a decir. —Ella me sonríe. —Que extraño encontrarte por aquí. —Me dice. —Si lo mismo digo. —Respondo con secadez. —Pues vivo cerca, Aron y yo nos mudamos hace poco en un apartamento cerca de por aquí. —Me dice, dejándome completamente escalofriada. ¿Por aquí?, Espera... ¿Qué? ¿Viven juntos? —Emma. —Me llama al ver que no reacciono. Retrocedo dos pasos atrás y esta vez choco con un cuerpo mucho más duro. —Bebe, si ya tenemos todo listo, ¿Nos podemos ir? —Pregunta Daisy mirando fijamente a la persona a mi espalda, no me molesto en mirar hacía atrás y empiezo a caminar, saliendo de aquel pasillo con rapidez. Tomo una canasta pequeña, y deposito en ella unas cuantas cosas, en cuanto termino, me apresuro a llegar a la fila más corta. p**o mis cosas cinco minutos después y por suerte en ese transcurso de tiempo no me toco nuevamente con ellos. —Gracias por tu compra, te esperaré mañana en la fiesta, Emma. —Me dice Hash, yo tan solo me permito sonreír y salgo de allí con rapidez. El camino a casa esta vez es mucho más oscuro y solitario, lo cual me hace temblar del miedo, escucho como algo cruje detrás de mí por lo cual apresuro mis pasos, siento como alguien detrás de mí continua caminando, al parecer siguiéndome por lo cual estoy apunto de correr, pero, antes de que sí quiera lo intente, la persona detrás de mí, sujeta mi brazo con brusquedad, haciéndome voltear y soltar un chillido. —Aron... —Pronuncio su nombre en un susurro débil en cuanto mis ojos captan su rostro.
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