Prólogo
Narrador
—Espero que esta vez, si sea el último año.
Palmeando la espalda de su hijo; Emiliano, centro sus ojos azules en el, tratando de reprimir el amargo en su garganta, la verlo partir; y es que no era para menos, su hijo partía al medio oriente a una misión bastante peligrosa que lo dejaba con el corazón en la boca
—Así es, como te lo dije, este último año, y me retiraré oficialmente para dedicarme al negocio familia
Notando la tristeza en su padre James, el cual era su hijo mayor, un hombre de corazón noble, que poseia una enorme disposición para ayudar al prójimo, respondió con una pequeña sonrisa tratando de aligerar la tensión del momento.
James, apesar de haber nacido en una familia pudiente y de prestigio, decidió servir a su país, prestando el servicio militar voluntario, con la condición de que apenas este terminase, el se dedicaría a la empresa de la familia, lo cual por cierto haría al finalizar su periodo
—¿6 meses? a mi parecer es mucho tiempo
Susurrando esto, zoe se aferro a la guerrera del chico al temerosa, ella era su novia desde hace más de 4 años y su prometida desde hace 2 semanas, por lo cual era normal sentirse así
—Preciosa, te prometo que regresaré, para que nos casemos ¿O acaso esto no te lo demuestra?
Tomando su mano, James le señala la sortija en su dedo anular, la cual se colocaron hace un par de semanas.
James tenía más de un año queriendo oficializar su relación, y dar el siguiente paso, pero en esta ocasión, era Zoe la que no se sentía preparada para hacerlo; no por que no lo amara, sino por que ella sabia muy bien que su madrastra, no lo veía más que como el comodin para salir de la ruina en donde estaban sumergidas.
Así es, la familia Prange, después de la muerte del padre de Zoe no era más que un nombre; desde hacía tiempo su empresa familiar no hacia más que irse a pique y Francis, no vio otra salida que obligar a su hijastra a aceptar el compromiso con James, no por que le importara la felicidad de Zoe, sino por la estabilidad económica que le podía ofrecer James, y la familia Thompson
—¿Lo prometes? por favor cuídate, sabes que medio oriente es peligroso y lo menos que quiero es quedarme viuda antes de tiempo
Y era así, por lo general en las rondas matutinas, se generaban multiples enfrentamientos, bombardeos y un montón de cosas mas, que Zoe temiera por el hombre que amaba, era algo normal; por suerte James había logrado salir ileso en más de una ocasión, y ya conocía a la perfección como defenderse, y cuidarse en ese territorio; de algo tenía que servir prestar el servicio en dos ocasiones, cada periodo de dos años. De hecho había pensado en dedicarse a eso de por vida, pero debido a la promesa que le hizo a su padre, sería imposible
Por esa promesa fue que Emiliano le permitió servir, por que de saber la pasión desmedida que tenía su hijo a ser un militar al servicio de la nación, ni loco lo hubiese dejado asistir
James y su otra hija Jimena, eran su vida, y lo único que le había quedado de su amada esposa muerta; para el era inconcebible perder a alguno de los dos, aunque tenía claro que James arriesgaba su vida a diario, al estar al servicio y representación de su país
—Te amo...
Fue lo último que se dijeron los dos enamorados, para después James despedirse de su padre, hermana, y así irse a los buses que lo llevaría hasta el punto de servicio
Para el era difícil separar por seis largos meses de los suyos, pero entendía que era su deber, además, era algo que le encantaba, la adrenalina de disparar, correr y saber que su vida estába en riesgo, era algo fascinante, y lejos de lamentarse, se regocijaba, además...
¿Que eran seis meses?
Si la recompensa a su regreso era casarse con la mujer que amaba, para ese entonces todos los preparativos de la boda, tendrían que estar listos, y el solo llegaría para la ceremonia, a el no le importaba toda esa burocracia de la fiesta del compromiso; James quería llegar y casarse, para así ser feliz de una vez por todas con Zoe
Lo que el no sabia, era que el destino les tenia algo más preparado.