(Isla)
La preparación de la cena estaba lista y la mayoría de los miembros de la manada visitante se habían instalado. Todo estaba sorprendentemente en horario. Limpié rápidamente la estación en la que estaba trabajando y fui a ver si podía ayudar a alguien más.
Cuando pasé por la puerta de la oficina de Meghan, ésta se abrió de golpe, asustándome. Pensé que Meghan ya estaría arreglada y mostrándose a nuestros invitados de arriba en este momento.
—Ah, perfecto, ven aquí. —Alguien agarró mi codo y reconocí a la planificadora de la fiesta de mi breve encuentro con ella —. Esto tiene que llegar a Meghan, como hace una hora. —Ella me entregó un sobre grueso —. Dáselo directamente a ella, necesita abrirlo inmediatamente.
—Yo... no se supone que esté arriba.
—Dile que te envié, ve, ve, ve. —Ella me empujó hacia las escaleras.
—¿No podría alguien más...? —Fui interrumpida por la puerta que se cerró de golpe en mi cara.
Miré a mi alrededor y vi que los demás Omegas estaban ocupados con sus propias tareas, y me sentí culpable de poner a alguien más en el punto de mira de Megan. Tal vez si esperaba cerca de la parte superior de las escaleras Omega, podría llamar su atención sin ser vista. Subí las escaleras, tomando los escalones que conducían desde el vestíbulo principal, cerca de la escalera principal, y esperaba que ella estuviera cerca de ahí.
Abrí la puerta en silencio y miré afuera. Meghan estaba hablando con un invitado y estaba junto a Hailey. Tenía la espalda hacia mí, pero su distintiva coleta rubia era difícil de pasar por alto. Algunos invitados se movían por la entrada principal, pero afortunadamente nadie me notó. Mantuve mi atención en Meghan, suplicando en silencio que se diera la vuelta para que pudiera llamar su atención.
Abrí la puerta un poco más cuando parecía que ella se estaba dando la vuelta; de todos modos, nadie estaba prestando atención en esta dirección. Todos estaban muy ocupados con la fiesta.
Unos hombres guapísimos vestidos de traje miraban a Hailey, no, la contemplaban. Uno empujó a su amigo y el otro la miró apreciativamente. Tal vez ella realmente se veía bien esta noche o algo así. Sus miradas parecían traspasarla. Mierda, no la estaban mirando a ella, me estaban mirando a mí.
Hailey siguió su mirada y se dio la vuelta cuando intenté cerrar la puerta. Llegué tarde. Ella ya se dirigía hacia mí, mirándome con ira.
—No tú otra vez —dijo con desprecio, cruzando los brazos y mirándome con desprecio—. Realmente necesitas aprender tu lugar. En la parte inferior de esta manada —enfatizó.
—Hola, Hailey, me alegra verte; te ves encantadora —dije tratando de aplacarla. Sinceramente, estaba demasiado agotada por esta semana de trabajo como para tener otra confrontación innecesaria—. Solo vine a entregar algo a…
Ella me empujó y mi cabeza golpeó la pared detrás de mí, acallé un gemido. Sus uñas en forma de garra se clavaron en mis brazos, sujetándolos contra mi cuerpo.
—¿Qué estabas haciendo aquí arriba? ¿Espiar a mis invitados como un maldito pervertido?
—Yo... yo tengo esto de la planificadora de la fiesta. —Por fin pude decirlo después de que el shock inicial pasó. Mi cabeza me zumbaba —. Ella dijo que tenía que llegar a Meghan lo más pronto posible —gruñí y agité mi mano con el sobre, pero ella no aflojó su agarre.
—Yo me quedo con eso. —Me lo arrebató y lo examinó, pero no se movió para irse.
—Estoy segura de que te están buscando en la fiesta —sugerí después de unos incómodos segundos en los que ella me miraba.
—Hailey, los demás invitados están empezando a bajar para cenar —llamó Luna Julianna.
—Hmpf. —Ella se dio la vuelta, pero no antes de mirarme con una mirada ardiente—. Necesitas entender tu lugar. Quizás tenga que hacerte un collar de perro, mascota —dijo entre dientes.
¿Qué les pasa a estas personas? ¿Están realmente tan aburridos que necesitan molestar a todos por diversión? Me alegró no tener el “privilegio” de interactuar con los otros miembros clasificados de las manadas visitantes hoy si todos actuaban así.
Cerré la puerta pero la dejé entreabierta para asegurarme de que Hailey entregara el sobre a Meghan. No iba a llevar la culpa de esto además de todo lo que tenía que enfrentar recientemente.
El Alfa susurró algo a Meghan mientras pasaba junto a ella. Miró por encima de su hombro y estableció contacto visual conmigo. Una sensación de frío recorrió mi cuerpo, sentí como si mi sangre se convirtiera en hielo mientras Adrastea seguía gimiendo en mi cabeza, pero estaba paralizada hasta que él volvió su mirada a Meghan.
Bajé los escalones, sin importarme si Meghan recibía el sobre o no. Solo tenía que salir de allí. Me detuve fuera de la puerta de la cocina para recobrar el aliento. El frío no me abandonaba mientras me abrazaba a mí misma, temblando.
—Necesitamos irnos —gimió Adrastea.