—¡Feliz cumpleaños mi niño hermoso! — dije emocionada al tiempo que junto a Roger llegamos hasta la cama de mi hijo. Él se despertó sobresaltado, restregó sus ojitos y al vernos sonrió emocionado, así me acerque más a él y le di un abrazo emocionada, porque que mi pequeño esté cumpliendo años es algo que me pone demasiado contenta, hoy hace siete años desde que el amor de mi vida llegó a mis días, desde que me volví la mujer más feliz del mundo, sabiendo que ya nada podría quitarme esta alegría porque este pequeño es todo lo que necesito para ser feliz, para estar bien. —¡Feliz cumpleaños Jamie! — dijo Roger y también se sumó al abrazo. Así estuvimos los tres un momento, sabiendo que ahora somos una familia, una verdadera familia y que ya nada podrá separarnos porque somos más fuertes