CAPÍTULO CINCO Volusia caminaba a través del desierto, con sus cientos de miles de hombres detrás de ellas, el ruido de sus botas al caminar llenaba el cielo. Era un sonido dulce para sus oídos, un sonido de progreso, de victoria. Al echar un vistazo mientras caminaba, le satisfacía ver los c*******s en fila en el horizonte, por todas partes en las arenas duras y secas en la silueta de la capital del Imperio. Miles de ellos, esparcidos, completamente inmóviles, tumbados de espaldas y mirando hacia el cielo con agonía, como si hubieran sido arrasados por un maremoto. Volusia sabía que no había sido un maremoto. Habían sido sus hechiceros, los Voks. Habían lanzado un maleficio muy poderoso y habían matado a todos aquellos que ellos pensaban que podían tenderle una emboscada y matarla. Vol