Julia estaba terminando de vestirse para ir a la Fundación cuando se detuvo delante del enorme espejo de su habitación mirando su vientre y deslizó la mano sobre él preguntándose si ya estaría esperando a su “conejito”, como lo llamaba Hugo. –¡¿¡Dime por el amor de Dios que Hugo no ha cometido la estupidez de preñarte?!!–Exclamó Adara desde la puerta de la habitación y Julia se giró con brusquedad encontrándose con la mirada fulminante de su suegra. Adara había decidido ver a Julia por última vez para ser la primera en humillarla antes de que explotará la bomba mientras que Adela visitaba a Felipe. –¿Qué estás haciendo en mi casa? –Preguntó Julia disgustada apartándose del espejo. –¡¡¡¿TÚ CASA?!!!–Se escandalizó Adara. –¡Eres una zorra descarada y aprovechada!¡¡Esta es la casa de mi hi