Hugo estaba aparcado cerca de la ciudad deportiva de Valdebebas dándose ánimo para entrar en aquel lugar. Se sentía avergonzado después de haber pedido a Julia en matrimonio delante de todo el mundo, para después descubrir que su prometida no pasaba de una prostituta y también le dolía recordar que sus compañeros le habían visto en las peores condiciones en las últimas semanas. Hugo se sentía como si fuera un despojo humano, pero Fernando Palacios había sido muy claro, tenía que volver a los campos si quería la renovación de su contrato, entonces allí estaba. Hugo entró a los vestuarios que por suerte estaban vacíos, porque todos sus compañeros ya estaban entrenando, entonces se cambió de ropa rápidamente y después respiró profundamente antes de salir al campo, pero lo que no se esperaba
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