Capítulo 3

4412 Words
Todos empezaron a hablar con la chica, así poco a poco el momento incómodo para Adele fue finalizado. Al salir de clase Brais y Marcela acompañaron a Adele a su casa para poder saber dónde vivía para más tarde ir a buscarla: —Bien, venimos por ti a las cuatro, por favor, ponte algo lindo —dijo Marcela bastante sonriente.  —Bueno. —Y por favor, no me hagas esperar, no me gusta —pidió el joven. Adele dejó salir una pequeña risita. —Claro, claro —respondió. La joven corrió a su cuarto y al entrar sacó su celular del bolsillo de la falda, marcó el número de Alex: —¡Hola!, oye, te llamé para decirte que iré a ver películas a casa de unos amigos, así que no estaré para cenar. —¿Es una broma?, ¡vaya, pensé que no viviría para este día!, bueno, espero que te pongas bien linda y llegues bastante tarde, diviértete con ellos, es lo único que quiero —dijo Alex. —Bueno, no llegaré tan tarde, llamaré al chófer para que vaya a recogerme y así no te vayas a preocupar. —Sabes que por mí está bien, lo único que quiero es que disfrutes tu juventud niña, me alegra escuchar que irás a reunirte con unos amigos. Bueno, te dejo, tengo mucho trabajo por hacer. —Nos vemos en la noche Alex, cuídate mucho. —Igualmente, disfruta con tus amigos mi niña. Adele estaba más que contenta, siempre quiso algo así, ir a verse con amigos, pasarla bien y poder disfrutar de su juventud, lo único que pedía era que su extraño poder no le dañara el momento y que todos no fueran a verla como el bicho raro que siempre creyó que era. Aunque nadie podría imaginarse que ese era el comienzo de una gran cadena de problemas para ella y aquel grupo de jóvenes. Adele salió de la casa cuando sus amigos habían llegado, tenía puesto un vestido rosado y una chaqueta de cuero, se veía muy hermosa, además de eso, se había soltado su cabello rubio y dejado un poco de fleco en su frente, la hacía ver muy tierna: —¡Cielos! Estás muy hermosa, cambias mucho sin ese uniforme —dijo Brais muy animado. —Muchas gracias —Adele llevó un poco de cabello detrás de su oreja, estaba algo ruborizada, esto la hacía ver como una niña muy tierna, como alguien a quien se debe proteger con todas las fuerzas. —Llegas a ser bastante tierna Adele —dijo Marcela con una gran sonrisa. —Sí, ¡y eso es muy lindo! —Brais rodeó con uno de sus brazos la cintura de Adele— desde ahora eres mi hermanita pequeña, te voy a proteger de todos los hombres que te quieran hacer daño. —¿Qué? —la pobre estaba asustada por tanta confianza que estaba tomando aquel chico. —Oye Brais, estás asustando a Adele, pobrecita, debe estar pensando que eres un loco atrevido —Marcela soltó una carcajada. —No, no es eso —dijo Adele en un susurro, pero los dos chicos pudieron escucharlo perfectamente— solo que nunca he tenido a alguien así. —Bueno, desde ahora lo vas a tener. Para eso están los amigos hombres, para proteger a sus amigas, así que cuenta conmigo para todo ¿sí? Adele aceptó con un movimiento de cabeza.     Al llegar a la casa donde sería la pequeña reunión la joven vio que todos ya estaban allí, Uriel llevaba un plato con algunas picadas a la sala donde estaban sus amigos, al ver a la chica dejó salir una gran sonrisa: —Oh... Adele, qué linda te ves. —Gracias —volvió a sonrojarse y su corazón empezó a latir con gran fuerza. "Debo calmarme, debo ser normal, vamos... esto es fácil, son tus nuevos amigos" pensaba Adele una y otra vez. Rodó su mirada por la sala y pudo ver a Kilian que conversaba con Melania, ésta parecía explicarle algo al joven, pero había una cierta expresión de desagrado por parte de él, después se cruzó de brazos y dejó salir un suspiro: —Es mejor que te concentres en tus asuntos ¿no sería lo mejor? —Adele pudo leer los labios de Kilian. "Qué grosero" pensó. Pero en ese instante Kilian rodó su mirada como si hubiera podido escuchar lo que ella había pensado.  —Vamos a sentarnos —dijo Marcela mirando fijamente a Adele. —Ah, si —respondió Adele.  Para ese momento todo fue agradable, conversaban de lo más normal, vieron películas, hubo de terror, comedia y acción, comieron de todo un poco; fue de lo mejor, Adele pudo sentir que estaba con verdaderos amigos, los vio como unos chicos de su edad, por fin en su vida se comportaba como alguien de su edad.  —Claro que fue incomodo, todos me quedaron viendo como si fuera un completo loco —contaba Brais, ya había caído la noche, estaban en la parte de atrás de la casa, el cielo era estrellado y el momento sumamente agradable, todos dejaron salir unas pequeñas risitas y después Brais se quedó viendo las estrellas— hoy están más hermosas de lo normal. —Ah... Sí, qué nostalgia —dijo Isaac llevando su mirada hacia el cielo. —¿Cuánto falta? —preguntó Uriel a Brais. En ese momento todos se miraron y después se enfocaron en Brais, él se concentró en Adele y le mostró una sonrisa. —Están hablando de un cometa que va a pasar por el planeta, será dentro de poco, el otro mes, para ser exacto —le explicó a la muchacha. —Ah... Entiendo —la joven mostró una sonrisa— qué interesante, será todo un espectáculo, ¿verdad? —Claro, por eso estamos tan concentrados en el tiempo, no queremos perder semejante maravilla —respondió Brais. —Vaya, al parecer les gusta mucho la astronomía, así que deben de ser de los que creen en extraterrestres —comentó Adele. —¿Y tú crees en ellos? —preguntó Melania. —Bueno, en realidad no pienso en esas cosas, no me interesan en lo absoluto. —Pero debe de haber una razón —dijo Uriel bastante interesado. —No... No dejo que esas cosas invadan mi mente, podría terminar loca, creo que tengo suficiente con que me llamen la chica extraterrestre —Adele desplegó una sonrisa. —Me gusta mucho el tema de los extraterrestres, sé mucho de ellos, yo sí creo que ellos existen y que algún día se dejarán ver —opinó Marcela que estaba arrunchada en los brazos de su novio.  —Ya es tarde —informó Kilian. Se levantó de su silla y después al estar a punto de irse escuchó que su amigo Brais le habló. —Kilian, ¿podrías acompañar a Adele a su casa?, vives bastante cerca a la de ella, debo de acompañar a Marcela y son destinos muy diferentes, ya que te vas a ir... Kilian observó a su amigo Brais un poco aburrido, éste le mostraba una gran sonrisa amable. —Tranquilo Brais, puedo llamar a mi chófer —Adele se levantó de su puesto. —Vamos, tengo cosas que hacer —dijo Kilian caminando hacia la salida. La casa de Melania no quedaba muy lejos de la suya, así que se fueron caminando, además, la noche era perfecta para dar un paseo a pie. —¿Cuántos años llevas siendo amigo de Brais? —preguntó Adele, quería romper con el momento incómodo que había. — Muchos. Aquella respuesta no había ayudado en nada, solo empeoraba el momento.  La calle por la cual estaban caminando estaba completamente sola y el corazón de Adele latía con fuerza: — Si te sigues alterando de esa manera terminarás con medio cuerpo invisible —dijo Kilian, volteó a ver a la joven, ella tragó en seco. — Es que la calle está muy sola y, y, me da miedo —explicó. — Lo sé, pero no sucederá nada malo —Kilian llevaba sus manos metidas en los bolsillos de su pantalón, sacó una y se la extendió a la muchacha —toma mi mano, así te sentirás más segura. Las mejillas de Adele se ruborizaron considerablemente: — ¿Q-que, yo, yo, ¿no? Kilian hizo un gesto de confusión: — Por favor, solo toma mi mano. Adele con algo de vergüenza lo hizo, al poder sentir el calor que emanaba la mano del joven su piel se erizó y sintió un gran correntazo en su pecho. Kilian no dejaba de observarla, miraba con curiosidad su rostro: — Sí que eres extraña —llevó su mano desocupada hasta la frente de Adele, despejó los mechones de cabello que cubrían la pequeña marca en forma de diamante, en aquel momento estaba brillando—. Tú no eres humana. — ¿Qué? —preguntó Adele bastante confundida por lo que había acabado de escuchar. Sintió que el agarre de Kilian cada vez se hacía más fuerte. — Quiero que me cuentes toda la verdad ahora mismo, ¿quién eres? —la voz de Kilian se escuchaba amenazadora y muy fuerte, su mirada se convirtió bastante pesada— ahora, habla.  — ¿De qué estás hablando Kilian? —preguntó Adele bastante horrorizada y sus lágrimas amenazaban con salir a flote. — ¿Eres la espía que se adentró al instituto verdad?, ¿de qué planeta has venido?  — Me estás apretando muy fuerte, yo, yo, yo no sé de lo que estás hablando, te lo juro —la chica soltó el llanto.  Hubo un momento de silencio, Kilian estaba confundido ¿cómo era posible que una extraterrestre con aquella marca no supiera sobre su identidad?, el cabello de Adele empezó a cambiar su color, se estaba volviendo oscuro y a la vez destellaba una pequeña luz azul. Kilian soltó su agarre y dio dos pasos hacia atrás, estaba más que sorprendido, Adele había cambiado su apariencia, era algo sumamente sorprendente.  — Tú —entreabrió su boca.  La chica reaccionó y miró a todas partes: — ¿Qué?, ¿qué está sucediendo? —le preguntó a Kilian.  — ¿Qué eres? —preguntó el joven. Adele en aquel momento se desplomó. Kilian la tomó entre sus brazos y la llevó a su casa, ya sabía dónde vivía, la había visto varias veces por aquellos lados, lo único que no sabía era que fuese uno de ellos. — Kilian ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó Alex al abrir la puerta.  — Tu sobrina se desmayó, creo que es por el reciente resfriado que tuvo, por favor, cuídala bien ¿sí? —explicó Kilian pasando a Adele a sus brazos.  — ¿Qué? —preguntó confundido.  — Ahora solo está dormida, pero mañana amanecerá normal —mintió el muchacho. — No fue el resfriado ¿verdad? — Bueno... —Kilian soltó una sonrisa torcida— vio algo que no debió haber visto, por eso hice que perdiera la conciencia. — Así que ustedes son los amigos de los que me habló en la tarde, por favor, no le sigan haciendo esto, solo quiero que sea una chica normal —pidió Alex. — Tranquilo Alex, vamos a tratar de que cosas como estas no vuelvan a suceder.  — Esperaré que así pase y por favor, que Adele nunca se entere de este secreto, quiero que siga pensando que los extraterrestres no existen y mucho menos que yo trabajo para ustedes.  — Bueno, creo que está algo complicado Alex, tu sobrina no es del todo humana, al parecer tiene indicios de tener sangre extraterrestre, sucedió cuando veníamos rumbo hacia aquí, empezó a mostrar algunas cosas fuera de lo normal y tuve que hacer que perdiera la consciencia, aunque dudo mucho de que se acuerde al despertarse, solo dile que estaba cansada y se fue a dormir temprano, nosotros trataremos de investigar este caso después.  — ¿De qué estás hablando Kilian? — Lo siento amigo, es la verdad, tu sobrina no es del todo normal. Kilian citó a todos sus amigos en su casa, debía contarles lo ocurrido: — ¿Qué sucede Kilian? —preguntó Marcela, se sentó en el mueble n***o de la gran sala blanca.  — Adele no es humana —explicó Kilian, todos quedaron conmocionados por aquellas palabras. — ¿Qué? —preguntó Brais bastante confundido— ¿De qué estás hablando? — Cuando la estaba llevando a su casa de la nada se asustó porque descubrí una especie de marca en su frente, por un momento creí que era la espía que estamos buscando en el instituto y traté de interrogarla.  — ¡Oye!, no debiste hacerle eso, la pobre tuvo que haberse asustado mucho —se enfadó Marcela.  — Lo sé, por eso mismo es que ella mostró su verdadera naturaleza, su cabello empezó a cambiar de color, y botaba un brillo azul, al igual que su marca en la frente, era lo mismo. Tuve que hacer que perdiera la consciencia para poder arreglar las cosas.  — Tal vez solo tiene cierta parte extraterrestre, no creo que sea igual a nosotros —dio su punto de vista Melania.  — Puede ser, como también está la posibilidad de que sea un espía, puede que le hayan borrado la memoria para así no dar sospechas, en cualquier momento puede recordar todo y ponernos en grave peligro la misión —explicó Uriel.  — Esto es grabe, ¿y qué tal que solo la estén utilizando nuestros enemigos como una distracción? —preguntó Isaac. — Es por eso que debemos tenerla vigilada siempre —dijo Kilian— debemos estar precavidos, y sobre todo, no dejar que conozca nuestra verdadera identidad. Al terminar la reunión con sus amigos Kilian entró en su cuarto, al cerrar la puerta se acercó al balcón que dejaba ver una gran vista de un bosque, la noche era estrellada y la luna llena estaba en todo su esplendor.  En aquel momento algo llegó a su mente una extraña sensación de recordar algo que estaba en lo más profundo de sus recuerdos. — Arlet —susurró y en aquel momento la brisa sopló suavemente— es absurdo, ¿verdad Arlet?, tú te fuiste de mi lado hace tiempo, no puede ser posible que habites en el cuerpo de aquella chica. Empezó a contemplar la luna, a su mente llegó la imagen de Adele, había algo en ella que se parecía tanto a aquella chica de la cual él estaba enamorado: — La primera vez que la vi pude sentir una fuerte conexión con ella, pero no es posible, Arlet murió en aquel accidente, aunque hoy... su imagen estuvo presente cuando Adele mostró su verdadera naturaleza, si ella es aquella gemela con la que Arlet se había encontrado cuando llegó a este planeta... no puede ser posible que sea extraterrestre, eso rompe todas las reglas del universo, los gemelos deben cumplir con la regla que rige a cada mundo, así que si Adele es la gemela de Arlet no puede ser posible que tenga sangre extraterrestre, así que si esta chica me hace sentir una gran conexión con Arlet es porque tiene que estar conectada con ella, o tal vez sea... No... es una completa locura, ella no puede ser Arlet ¿por qué llega esos pensamientos a mi cabeza?, ¿por qué? —aquellos pensamientos viajaban por la cabeza de Kilian una y otra vez, después la desesperación empezó a atacarlo, puso sus manos en su cabeza y se agachó, el sudor corría por su rostro y sus ojos se abrieron en gran manera— ¡¿qué es lo que me está sucediendo?! ¡Kilian cálmate!, recuerda aquella tarde donde viste a Arlet tendida en el suelo, ella está muerta, no puede ser verdad que esté viva, cálmate, cálmate.  — ¿Kilian? —escuchó detrás de él— ¿sucede algo? En aquel momento el joven reaccionó, se puso en pie y trató de calmar su respiración: — Estoy bien madre, no te preocupes —respondió. — Ah... bien, tu padre y yo ya vamos a dormir, es mejor que descanses. — No te preocupes, ya voy a dormir.  Después escuchó unos pasos que se dirigían a la puerta de su cuarto, segundos después había completo silencio a su alrededor, Kilian se dirigió a su cama, era amplia, suave y con varias almohadas de fundas color crema. El joven se tiró de espalda a esta y sus ojos se concentraron en el techo blanco y liso: — Hace algunos años atrás en el mundo del cual vengo me encargaron una misión, consistía en vivir en un mundo como si hubiera nacido allí, además, se me encargó un grupo especial, tenía que entrenarlos en aquel mundo, la misión consistía en aprender sobre supervivencia, por lo cual debíamos adoptar la imagen que niños pequeños, pero no cualquiera, la imagen de nuestros gemelos en aquel planeta, claro está, como somos de una r**a distinta no somos iguales a nuestros gemelos, lo que nos une es la energía que llevamos por dentro, es por eso que debíamos tener el mismo parecido de nuestros gemelos para acomodarnos a la naturaleza del planeta. El problema está en que si nuestros gemelos se topaban con nosotros alguno de los dos moriría, era un gran riesgo para nosotros, por eso fue que me otorgaron la misión de proteger a todos los que llegarían conmigo, y aparte de eso juré que protegería a alguien en específico, ella, Arlet, aquella chica que vivió tantos años a mi lado, pero no pude cumplir con aquel juramento ya que por un simple descuido Arlet se separó de mi lado y se topó con su gemela y murió, solo habían pasado diez minutos de haber llegado al planeta Tierra, solo diez minutos y ella ya había muerto —Kilian cerró los ojos mientras en su mente la historia se relataba una y otra vez, todas las noches era lo mismo, contaba la historia a detalle mientras las imágenes de aquella niña tendida en el pavimento lo atormentaban— no pude cumplir mi promesa, la dejé morir, Arlet murió por mi culpa, no supe cumplir mi papel de capitán.  Kilian empezó a caer en un profundo sueño, allí podía ver a una joven de cabello oscuro y ojos violeta, su piel era sumamente blanca, labios rosados y mirada tierna. Le mostraba una linda sonrisa, pero después se borraba y su cuerpo se bañaba en sangre: — Yo fui quien la mató, fui yo... —se repetía una y otra vez— fui yo.  De la nada cuando cayó en el quinto sueño Kilian se vio cayendo en por un profundo vacío n***o: — Debo salvarte para así poder cumplir mi promesa —escuchó su propia voz. De un solo golpe se despertó, una gran capa de sudor lo había cubierto, su corazón latía a gran velocidad, pero tenía la sensación de haber recordado lo que había sucedido en realidad, Arlet no estaba muerta. — Yo te salvé —masculló.  Kilian puso sus manos en su cabeza, la habitación estaba atrapada por un profundo silencio: — Estás viva, pero... ¿dónde estás? Además, ¿cómo es que sé que está viva?, ¿por qué no recuerdo nada? Se levantó de su cama, sus pies podían sentir el frío piso, dejó salir un suspiro y se quitó la camisa que estaba empapada de sudor, se dirigió al baño y miró su rostro en el espejo: — ¿Por qué no soy capaz de recordar lo que sucedió aquel día?, losé, yo la salvé, puedo recordar que hice algo que impidió su muerte ¿pero por qué todos la dan por muerta?     Adele se despertó, era de mañana, el cielo estaba casi n***o, la lluvia caía sin piedad alguna, eran las cinco de la mañana. Salió de la cama y miró por una ventana empañada: — Se siente el ambiente extraño —susurró— pero no puedo hacer nada, tengo que ir al instituto, tengo evaluación de química.  Su mente volvió en sí, trató de recordar algo de la noche anterior, aunque le fue imposible: — Qué raro. Al ya terminar de cambiarse bajó y vio a Alex tomando su desayuno: — Buenos días —saludó. — Vaya, buenos días, creía que no ibas a despertar, te veías muy cansada. — No... me siento como siempre, aunque es extraño, no recuerdo nada de anoche, solo que hablaba con Kilian, un amigo, pero después ya no hay nada en mis recuerdos —Adele se dirigió a la cocina, tomó del dispensador de arriba una caja de cereales y sirvió un poco en un plato profundo, tomó leche de la nevera y la vertió en el plato— ¿cómo llegué a mi cuarto? — Por tus propios pies, pero te veías cansada, no saludaste, solo te fuiste directo hasta tu cuarto y cuando entré ya estabas completamente dormida ¿tanto te divertiste? — Bueno... eso creo, como te dije antes, no recuerdo mucho, aunque mis amigos son fantásticos, me siento tan alegre... —Adele se sentó frente a Alex, éste no dejaba de repararla— ¿qué sucede? — No es nada, solo que me alegro porque estés progresando —Alex forzó a que saliera una sonrisa, pero sus ojos reflejaban preocupación— me tengo que ir al trabajo, por favor, abrígate bien, dicen que lloverá todo el día, así que no quiero que te vuelvas a resfriar —miró detenidamente el rostro de su sobrina—, sería mejor que faltaras hoy, siento que podrías volver a enfermar.  — Ya no soy una niña Alex, no puedo faltar a clases hoy, así que voy a asistir. Pronto serán las seis de la mañana, es mejor que te des prisa o se te hará tarde.  — Bien. Cuídate.  — Tú también.  Alex salió de la casa, estaba abriendo la puerta de su carro cuando se impresionó al ver en el interior a Melania cruzada de brazos: — ¿Qué estás haciendo aquí adentro? Adele puede salir en cualquier momento y verte. — Lo siento, pero no puedo dejar que Adele asista hoy a clases, nos enteramos que hay un espía en el colegio y quiere recolectar toda la sangre de nuestra r**a que no es legítimamente pura, no sabemos para qué, pero parece ser muy peligroso, así que Adele está corriendo un gran peligro, quédate con ella hoy —explicó Melania mientras pasaba una mano por su cabello rosado. — ¿Espía?, pero, ¿cómo es que ahora me estoy enterando? —Alex se asustó. — Nos acabamos de enterar, no sabemos cómo lo ha hecho, pero parece que tiene gran información sobre nosotros y los que no son legítimos —explicó Melania.  — Esto es muy malo... — Por el momento necesitamos que Adele no se acerque a la zona de riesgo —Melania se cruzó de brazos. Alex entró nuevamente a la casa, pero no vio por ningún lugar a su sobrina: — ¡Adele! —empezó a llamar. Subió hasta el cuarto de la joven, aunque no estaba y mucho menos sus libros del colegio— ¿cuándo se marchó?, tuvo que ser mientras hablaba con Melania.      Marcela estaba saliendo del salón de clases cuando vio a Adele acercarse a ella: — Adele ¿qué estás haciendo aquí? —preguntó algo confundida, pero trató de disimular con una sonrisa.  — Bueno, tengo que venir todos los días, ¿qué tiene de extraño? —dijo Adele con un poco de burla en sus palabras.  — Ah... —Marcela dejó salir una pequeña risita— es que ayer te veías algo enferma, por eso pensé que no asistirías hoy a clases, además, está cayendo una fuerte tormenta, no es bueno para alguien que apenas se está recuperando de un gran resfriado. — Bueno, es que ya sabes, hoy tenemos examen de química. — Ah... es verdad.  Adele notó el uniforme n***o de Marcela, era extraño ¿qué estaba sucediendo en el instituto?, pero se tenía prohibido preguntar sobre el tema.  — Me tengo que ir Adele, el deber llama —dijo Marcela, después se alejó con su tierna sonrisa.  Al ya haberse apartado lo suficiente, Marcela tomó una gran bocanada de aire y después lo dejó salir lentamente, tenía que hacerlo para poder concentrarse: — Malas noticias, Adele se encuentra en el colegio —le habló a sus amigos por telepatía.  Brais dejó de caminar y miró a todos lados, estaba cerca de las cafeterías: — ¿Melania no debía impedir que asistiera? Será un gran problema si debemos estar cuidándola. — Lo sé Brais, pero al parecer no pudo impedir que asistiera, ella es muy aplicada en sus estudios y hoy tenemos examen, prácticamente llegó fue por él —explicó Marcela en sus pensamientos. — Esto es malo, todavía no sabemos quién es el espía —pensó Brais mientras caminaba. Kilian escuchaba atento a la conversación de sus amigos mientras estaba en el bloque de arte, rápidamente salió del salón donde se encontraba el piano, apretó fuertemente sus puños por la impotencia que traía consigo.      Adele estaba concentrada en su examen cuando escuchó la alarma que avisaba que dentro de poco se daría un comunicado: — ¿Un comunicado? —empezaron a preguntar todos en el salón de clases, Adele miró a todos en el salón.  — ¿Hoy tampoco asistió Elián? —se preguntó— ¿qué le está sucediendo? — Se les pide a todos los estudiantes estar dentro de los salones de clase, el escuadrón Guía estará pasando a hacer una revisión, contamos con su colaboración —era una voz femenina y algo delicada.  — ¡¿Qué?! —se escuchaba las voces de los estudiantes— ¿qué estará sucediendo? — Yo escuché que habían encontrado droga en el instituto.  — ¿Droga? — Parece, sabes que a ese escuadrón nada se les escapa.  — ¿Droga? —se preguntó Adele, sus compañeras de adelante tenían ese tipo de conversación— disculpen —alzó la voz Adele, no tenían ningún profesor en el salón, así que podían hablar. Sus compañeras voltearon a verle— ¿ustedes saben el por qué están haciendo una revisión? — Este... Bueno, dicen que hay rumores sobre droga en el instituto y por eso quieren comprobar si es cierto —explicó una joven que traía hechas dos coletas.  — Aunque solo son rumores, puede ser otro tipo de cosa, como que se haya perdido algún objeto importante —habló la otra chica que era una linda chica morena.  En ese momento la puerta del salón se abrió y vieron a Elián entrar: — Presidente... —dijo un joven— ¿llegando tan tarde?, qué irresponsable es.  — Lo siento, se me pegaron las sábanas —Elián dejó salir una risita algo preocupada.  Se dirigió hacia donde estaba Adele, a su lado había un puesto vacío: — Elián, ¿por qué llegas tan tarde?, estamos en medio de una evaluación, bueno, se acaba de anular por lo que van a hacer ahora —explicó Adele.  — Es eso Adele, estamos en graves problemas —susurró Elián con un rostro bastante preocupado.  — ¿Qué sucede? —preguntó Adele tratando de comprender a su amigo. — La revisión es para detectar a los que no son humanos en el instituto, estamos en graves problemas, si ellos se enteran será muy malo, quien sabe lo que nos van a hacer... — ¿Qué?, pero... ¿qué vamos a hacer? —el corazón de Adele empezó a agitarse. — Tenemos que salir lo más pronto posible del instituto, ¡vamos!, toma tus cosas y salgamos de aquí —Elián empezó a tomar las cosas del escritorio de Adele.  — Pero... se nos prohibió salir, nos vamos a meter en problemas.  — El verdadero problema es que nos descubran Adele —explicó Elián metiendo los libros de la muchacha en el bolso rosado de Adele.   La joven sintió su corazón latir con gran fuerza, después de ver a su compañero levantarse de su lugar ella también lo hizo.     Isaac estaba corriendo por los casilleros rápidamente, vio al final del largo pasillo a Brais y Marcela: — ¡Chicos! —llamó, estos se detuvieron al verle. — ¿Qué sucede Isaac? —preguntó Marcela.  — Esto es malo, el espía está en el mismo salón de Adele, así que seguramente ya sabe que ella no es del todo humana, está corriendo grave peligro estando allí, debemos buscarla —explicó Isaac mientras dejaba salir unos jadeos.  — Eso no es posible, yo no he sentido nada extraño en el salón —explicó Marcela.  — Estás estudiando con Adele y no sabías que era una de nosotros —replicó Brais.  — Bueno... es que ella es un tema aparte, pero fuera de Adele no he visto nada extraño —explicó Marcela. — Debemos ir allí de inmediato, puede que el espía ya sepa por el aviso que se acaba de dar que iremos para allá y trate de hacer algo —explicó Isaac.             
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