Arlet, seis años de edad: — Hijo, por favor, quédate con Arlet en la casa, siempre estás entrenando y nunca te quedas a cuidarla —dijo la mujer tomando un bolso rojo de la sala. — Pero mamá, es que tengo que entrenar, es imposible que me quede con Arlet siempre, así nunca aprenderé a controlar mis poderes, mi padre es el gobernante de todo este mundo y yo como su hijo debo dar un buen ejemplo —decía Kilian mientras trataba de apartar a Arlet de su pierna— por favor Arlet... — No... —ella rodeó el cuello de Kilian con sus brazos mientras seguía llorando, el niño trataba de quitar su agarre, pero ella se lo hacía misión imposible. — Me voy hijo —la madre de Kilian tenía puesto un elegante y algo sexy vestido rojo, su cabello lo tenía echado a medio lado, al parecer iría a alguna velada