—Tu amor y tu locura no son lo suficientemente fuerte para que puedas dominarme, si me amas como dices deja mi libertad tal cual la conociste, porque de ser así te prohíbo que trabajes con mujeres porque así como tú eres peligroso yo soy altamente riesgosa— la furia inicia a resurgir, ella se empeña en sacar ese jodido temperamento que tengo, simplemente no la entiendo. —¿Cómo podemos llegar a esto?— pregunto en voz baja para no gritar y perder el control —te pido que seas mi novia, qué estés conmigo, ¿Y tú solo me dices que mi amor no es lo suficiente para controlarte? Sin duda me gustaría controlarte, pero no es lo que quiero, solo deseo que dejes de verlo a él y seas solo mía. Que seas mi chica— al parecer mi calma y mis palabras surten efecto, se acerca a mí y me abraza. —Discúlpame,