—Eres demasiada apetecible. —Me separo de su cuerpo, mi piel arde por sus aruñadas y eso solo supone más placer para mí, saber que ella lo está disfrutando tanto como yo me anima a llevar esto a otro nivel, ese que la va a enloquecer y a querer siempre más de mí. Me arrodillo sin salir de ella. —Tu coñito esta rosado y precioso. —Respiro por la boca, no creo que mis fosas nasales puedan con tan pesada y caliente respiración. Su v****a es lo más hermoso que he visto en mi puta vida, con mi polla dentro de ella es la mejor vista, no dejo de hundirme una y otra vez, ya no me controlo, me permito ser controlado por aquel deseo infernal que tengo por esa mujer. Mis manos se aferran a sus caderas y tiro en dirección contraría a mis penetraciones para hacerlas más profundas y el doble de estimula