—¡Bien! ¿Qué esperamos? —Trata de salir y nuevamente la detengo, la tomo en brazos y ella se enreda en mi cuerpo. Ahí está esa mirada que me dice que ella está loca por mí, pero luego están sus tratos que me hacen dudar. Beso sus labios para tratar de descifrar eso que ella siente por mí, me corresponde y me lo confirma, pero con ella nunca se sabe. —No creas que no seguirás pagando la trampa que me has hecho. —Ahí esta ella atacando como la mamba negra que es, la dejo en el piso. —¿Podemos llevar la fiesta en paz? —Intento que las cosas vayan bien entre nosotros, me hace falta follar y de hoy no puede pasar. —¿Y perderme la diversión de jorobarte la vida? —Carcajea de esa manera diabólica que me causa repelús y no por el miedo. —Por supuesto que no, debes aprender que en la vida siemp