Otro día que despierto por las pesadillas, otro día que me alimento más de esa impotencia que supone tener esos sueños.
Mis inicios no siempre son buenos y hoy no creo que mejore. Al ver la hora es muy temprano, pero como sé que no podré dormir más me levanto para lavar mi cara y asear mis dientes, listo con mi ropa deportiva bajo director al Gym no sin antes hacerme un batido de proteínas para beberlo antes de iniciar mi rutina.
Estirando mi cuerpo tenso por la pesadilla de hoy, trato de relajarme pero me es imposible.
sin poder hacer más y dejándome dominar por la ira me descargo con el saco de arena, lo golpeo como si fueran esos malditos malnacidos, sus caras riendo no salen de mi cabeza y eso solo supone más odio, mas rencor y más fuerza a la hora de que mis puños impactan con el saco.
—Tranquilo hijo de perra, el jodido saco no tiene culpa de tus putos problemas— junto a mí esta Malcolm el mejor amigo de papá y quien nos terminó de criar a mis hermanos y a mí cuando mis padres murieron, es como nuestro padre únicamente que él trabaja como jefe de mi seguridad —Tenemos trabajo y podrás desquitarte. —Dejando de golpear el saco lo miro con la respiración agitada por el esfuerzo, tomo la carpeta que me tiende. —Un hijo de puta se está aprovechando de su ex esposa porque tiene dinero, la dejó a ella y a su hijo sin nada, el maldito aprovechó su influencias y ganó el caso que se suponía era de su esposa. —Escucho lo que dice mientras le echo una ojeada a los documentos, el maldito bastardo dejó a su mujer en la calle con su hijo de apenas 2 años.
—Llama a los hombres y diles que lo lleven ya sabes donde, sin testigos ni errores hoy veremos eso y le daremos un escarmiento a ese hijo de perra, quiero la cuentas bancarias de la mujer, comuníquense con su abogado y con el abogado del inútil. —Malcolm toma de regreso la carpeta.
—Ya todo está listo. —Le sonrío, no hay nadie que me conozca mejor que él, Malcolm realmente sabe cómo, cuándo y dónde hacer las cosas para mí.
—Entonces bien, me ejercitaré para prepararme, hoy es un día pesado en la empresa. —Le veo salir sin decirme nada más, es de pocas palabras y eso jamás cambiará en él, a excepción de cuando esta mi hermana.
Las horas pasan y yo termino mi rutina, saber que haré pagar a alguien por ser un hijo de perra me ha cambiado el humor para bien, saber que probará mis fuertes puños me relaja muchísimo.
Voy mentido en mis pensamientos mirando por la ventanilla cuando algo llama mi atención, al pedirle a Malcolm que detuviera el auto este me mira por el retrovisor frunciendo el cejo.
—Vas tarde y jamás te atrasas. —No detiene el auto.
—Por un demonio, ¡Detenlo! Mira a esa mujer, me recuerda a alguien, creo que la conozco. —Él mira en la dirección que le señalo con algo de irritación.
—Claro que la conoces ella jugó contigo hace un mes atrás, me hiciste llevarla a su casa, tú fuiste conmigo. —Lo pienso y el flashazo viene a mí. Aquella mujer llegó por error a la habitación donde jugaba y la curiosidad le hizo participar, aunque solo me corrí en ella, pero su disponibilidad me dieron a entender que tiene potencial, pero al mirar tras ella abro los ojos de par en par.
—¿Es eso lo que yo creo? —Malcolm resopla.
—Si es justo lo que crees ¿Podemos irnos ya? Me estoy enojando por esos idiotas tocar el claxon. —La curiosidad me gana así que bajo del auto ante las protestas de Malcolm.
—Buenos días. —Saludo con mi gesto serio y mi tono indiferente, cuando le veo poner cara de terror despierta más mi curiosidad y las ganas de saber por qué salió de una clínica junto a su amiga y caminando como si le hubieran dado duro por el culo.
—¿Kahin Hamann? —Se sorprende la mujer morena que le acompaña.
—Vaya, que me reconozca y me hable una mujer que solo me ha visto en revistas, periódicos y tv y que la que ha estado conmigo de una manera amistosa ni me mire, me deja indiferente. —Miro a la mujer blanca de cabello n***o y ojos oscuro como la noche, ella simplemente desvía la mirada.
—Hamann por favor debemos irnos ahora. —Sin hacerle caso a Malcolm sigo a las mujeres que se iban.
—¿Tanto te degustó lo que hice aquel día? —Pienso en esa posibilidad, después de todo les di placer a las otras mujeres y solo me corrí en ella.
—Camilla debes decírselo. —Escuchar esa petición me hace mirarla con más insistencia. —No vale la pena que te lo quedes, después de todo nada nos garantiza que no lo acepte y ya está. —Lleno de curiosidad y mirando a aquella clínica el corazón se me acelera, yo no usé protección aquel día.
—No vale la pena, vámonos. —Tira de su amiga y mi mano no tarda en rodear su brazo con algo de fuerza.
—Quiero saber qué es eso que no me va a importar. —La mujer temerosa me mira, a pesar de ser alta la veo pequeña ante mí por el temor que le produzco.
—Señor Hamann, mi amiga no está bien y la verdad no puede estar mucho tiempo de pie por lo que le seré directa. Aquella noche donde usted se corrió dentro de mi amiga sin usar protección, un mes más tarde trajo sus consecuencias. —La mujer trata de que su amiga calle, pero ella está dispuesta a contarlo y aclararlo todo. –Y esa consecuencia llevó a un aborto, y aunque a mí no me pareció la idea, la acepté porque está claro que usted también lo aceptaría, ahora aclarada las cosas pase buen día. —Sin soltar el brazo de la mujer y al contrario presionando más por el descaro y por contar algo así como si no importara le miro con odio mientras le respondo a su amiga.
—Ninguna de las dos me conoce y por ello no sabían si iba a estar de acuerdo o no. —La verdad, jamás he pensado en tener hijos, pero sin duda jamás obligaría a una mujer a sacarse uno que lleva mi sangre, y menos si el descuido fue mío. —Has decidido jugar con fuego —Me dirijo ahora a ella. —Y como el fuego arde, te vas a quemar con él. —Siento como Malcolm tira de mí, mi respiración se estaba agitando y pronto perdería el control, pero como siempre él lo evita y me aleja de ellas. —Quiero que esa mujer pague lo que ha hecho, mujeres como ella no deberían existir en este mundo. —Subimos al auto y pronto nos ponemos en marcha.
—¿No quieres que la investigue primero? —Pregunta un poco cauteloso. —¿Acaso hubieras aceptado a ese bebé? —Su pregunta me enfurece más.
—Por supuesto que sí y tú lo sabes, quizás no hubiera sido el mejor padre, pero lo hubiera atendido y dado todo lo que hubiera necesitado, jamás me permitiría tener una muerte de alguien inocente en mi conciencia. —Le veo asentir varias veces.
—¿Estas consiente de que el dinero no reemplaza el calor y la presencia de un padre? —Frunciendo el cejo lo miro sin querer comprender lo que me dice. —Hijo, si esa mujer hubiera tenido ese bebé de alguna manera hubiera sufrido, criarse con padres separados no es nada bonito, y conociéndote sé que tú jamás formarías una relación amorosa con nadie. —Como siempre él tiene razón, pero nada se hace a mis espaldas y me mantendré firme y en desacuerdo con la manera de proceder de aquella mujer.
—Me importa un coño lo que digas, quiero que pague lo que ha hecho, quiero que sufra así que ciérrale todas las puertas que puedas y aquí se termina el tema. —Como siempre que saco este carácter de mierda él solo calla y hace lo que le pido, tras hacer una llamada acelera el auto.
Llegados a la empresa como siempre las mujeres babean por mí y no se preocupan en disimular, después de todo la mayoría ha pasado por mi cama, situación que a Malcolm le disgusta, pero ese soy yo, si una mujer me gusta no me rindo hasta llevarla a mi cama e inducirla a todos mis deseos oscuros que ellas sucumben sin protestas y sin saber nada de mi mundo actúan como unas profesionales y es por ello que no me gusta las mujeres que se cohíben a la hora de complacerme.
—¿Cómo está el señorón? —Entra mi mejor amigo de toda la vida. Loan Binder fue abandonado por sus padres y mis padres al ver a ese rubio sucio y solo por la calle a la edad de 9 años lo acogieron y desde entonces es como mi hermano, de hecho es mi hermano tiene el mismo derecho que yo y nuestra hermana en la empresa, pero él decidió ser el jefe de la sección de Marketing.
—Jodido y cabreado. —Me siento y le cuento la estupidez que hizo esa mujer a quien ya odio a mis espaldas.
—Mierda, que jodida situación. —Se lamenta él. —¿Cómo pudo hacer algo tan feo? Mujer sin sentimientos. —Frunce el cejo. —No sé por qué Dios le da ese regalo a mujeres que no lo merecen. —Entiendo por qué se ha puesto así, ser abandonado no se supera nunca, eso él me lo deja saber siempre y es el mismo motivo por el cual no se enamora ni piensa tener una relación ni hijos.
—Lo sé amigo y por ello la haré pagar. —Perturbado por lo que le he contado se levanta, choca mi puño y sale de mi oficina. Pronto el trabajo inicia.
Entre juntas, cenas, firmas de contratos con varios almacenes que distribuyen la marca Hamann, y también follarme a mi secretaria para liberar tensión y olvidar el descaro de aquella mujer, llega la hora de ver a aquel hijo de perra que hace sufrir a su ex esposa y a su hijo.
—Déjenme ir maldita sea, ¿No saben quién soy yo? —Mi puño impacta con su rostro obligándolo a callar.
—Me vale una mierda quien carajos eres, dame lo que te pido. —Lo miro tras el pasamontañas que tengo para que no me reconozca. –Dame acceso a tu cuenta y quiero que firmes todos los papeles… —Sentir su saliva en mis ojos me llena más de ira, sin medirme inicio a golpearlo una y otra vez hasta que Malcolm me aparta, mis hombres solo aprecian la escena.
—Está… está bien, haré lo que me piden, pero no me golpees más, y solo espero que no vengan rogándome perdón cuando me dé cuenta de quienes son. —Carcajeo por su estupidez y sus esfuerzos por parecer alguien duro.
Malcolm se asegura de hacer todos los trámites y también de que firme una carta donde indica el motivo por el cual acepta cederle todo a su ex esposa y de esa manera dejar todos sus delitos escritos por sus propias letras.
—Ahora te podemos dejar ir feliz, y ya sabes… si haces una estupidez esta carta llegará a manos de las personas que tú menos deseas y te irá tan mal que querrás ser torturado por mí para no pasar por lo que te harán pasar todas esas persona. —Dándole un golpe certero en la cara lo noqueo. —Limpien todo rastro y los demás vengan conmigo, debemos hacer que parezca un accidente. —Sin más todos nos apresuramos a actuar.
Satisfecho por hacer pagar a un maldito más, voy a casa para asearme y salir con Loan, es viernes y me merezco una noche plagada de sexo y juegos sin control. Tras comer la deliciosa comida que me prepara Susana la mujer que me ayuda en la mansión y la única que ha soportado mi humor de mierda por años, salgo a mi encuentro con Loan en el hotel “PLEASURE” no solo es un hotel, tiene restaurante, bar y habitaciones para tener sexo, en resumen es un lugar Swinger, en él se practica el intercambio de parejas, juegos y para el placer s****l sin restricciones ni tabúes.
—¿Todo ha salido bien? —Pregunta mi amigo al verme.
—Sí, un idiota más al que no le quedará ganas de fastidiar a nadie más. —Sonrío satisfecho al saber eso.
—Risitas me ha llamado y tienes sentencia a muerte, está enojada, quería hablar con los dos. —Resoplando me pido un trago, amo a mi hermana, la adoro, pero cuando se pone plan pesada es un dolor de huevo.
—No me jodas, solo espero que no me cuente un nuevo amorío, ¿Acaso no se cansa de sufrir? —Gruño fastidiado, a pesar de que a mi hermana le tocó vivir algo realmente duro ella no se cierra a la oportunidad de amar y enamorarse aun cuando esos malditos bastardos en los que ella se enamora la engañen o le paguen mal.
—¿Sabes lo que necesitas? —Pregunta mi amigo a la par que mira a las mujeres que están frente a nosotros. —Estamos donde queremos y solo debes aprovechar, olvídate de esa mujer de la cual te vengarás y le harás la vida imposible, olvídate de que nuestra hermana nos contará sus amoríos y vamos a divertirnos, la noche promete y hay mucho por disfrutar. —Se levanta y acomoda su saco con elegancia, las mujeres no tardan en ponerle el ojo a mi amigo. Es un hombre que al contrario de mi es relajado y permisivo con las mujeres, y eso lo veo mal, él se conforma con cualquier mujer y no debería ser así. Haciendo lo propio me levanto con ese estilo que me caracteriza, desprendiendo elegancia, sensualidad y respeto.