Capítulo 5: Una Buena Idea

1826 Words
—¿En qué cabeza se te pasa que esa mujer con ese cuerpo puede ser virgen? No seas estúpido, esas aplicaciones son un fiasco, ahí no encontrarás mujeres vírgenes. ¿Realmente creíste que iba a acceder a esa estúpida idea? Olvídalo y vamos a comer muero de hambre. —Tiro del paquete para sacar mi comida. —¿Me vas a decir que quieres a esta? —Le veo buscar nuevamente y al mostrarme veo a una mujercita delgada y pobre de pechos y visiblemente de culo, no puedo ver su cara, pero esa me inspira más confianza. —Por ejemplo. —Asiento metiendo una cucharada de arroz a mi boca, su carcajada me contagia. —No creí que fueras tan bueno en las bromas. —Me pongo serio. —¿Por qué bromearía? Loan, piénsalo, una virgen puede tener un bonito cuerpo, pero no como salen en esa aplicación, esa que estás viendo ahí pobre de cuerpo pueda que lo sea, deja de pensar con la cabeza de abajo y sé mas observador. —Frunce el cejo mientras escribe. —¡No me jodas! ¿Enserio lo estás haciendo? —No me contesta pasa de mí y presta total atención a su móvil, la seriedad que utiliza para ello me da hasta miedo. —Para, no voy a follarme a esa mujer. —Sigo comiendo y él testeando quien sabe con quién. —Está hecho, mañana Marcus vendrá para que firmen el contrato, espero que disfrutes mi millón y medio. —Frunzo el cejo, la comida me baja gruesa lo que me hace toser. —¿Estas tonto? ¿Has pagado un millón y medio de dólares por algo que se obtiene gratis? ¿Qué hicieron nuestros padres mal contigo? —No doy crédito a lo que él ha hecho. —Yo solo diré, ten mucho cuidado o la vas a matar. —Carcajea como un estúpido y pasando de mí, se pone a comer. —¿No te has puesto a pensar que ya no somos unos chavales de 20 años y que debemos sentar cabeza? La verdad creo que ya pensaré en quedarme quieto con una sola mujer. —A cada segundo mas descolocado le miro con la boca abierta. —¿Acaso has sido abducido por los alienígenas? Supongo que, sabes que si estás con una mujer esta querrá hijos más adelante. —Deja de masticar en el acto y decido meter más el dedo en la herida. —¿Estás dispuesto a tener hijos, de tratar incansablemente de ser buen padre para no fallar nunca? —Sé que me estoy pasando, pero todo sea para no verlo sufrir por alguna mujer. —Tienes razón, no sé lo que me ha pasado, no debería estar pensando semejante idiotez. —Ver su gesto triste me da un poquito de remordimiento. —Pero es tu decisión, está claro que todos debemos cambiar en algún momento, sé tú y nuestra hermana los que me den sobrinos. —Bromeo. —Ya que a mí me quitaron la oportunidad hace 3 años atrás. —Me mira. —Sí, y la pobre mujer lo pasó muy mal ¿Cómo pudiste decirle que no te importaba que tuviera una hija a quien debía mantener? Fuiste igual que ella, Hamann, pobre niña. —Su corazón de pollo me fastidia mucho, por eso no está al frente conmigo, es muy débil. —A ella no le importó con el mío, ¿Por qué me iba a importar la de ella? No seas idiota, en el mundo eres tú quien tienes el poder, o eres quien vive a la sombra de los demás. Mírate tú, eres dueño de una maldita corporación exitosa y te da miedo estar al frente de la empresa con tu hermano, eres un gilipollas, pero regularmente te comportas como alguien dócil, vives en un departamento que tiene el tamaño de la sala de estar de la mansión, no piensas en grande y esa es tu perdición, siempre te lo digo. —Frunce el cejo mientras sus ojos claros taladran los míos oscuros. —Eres un hombre frio, lleno de amargura e insensible, ahora me estoy preocupando de que sí serias capaz de dañar a esa chica. —Sus palabras no me lastiman, él tiene total razón en todo lo que dice. —Para eso mi hermanito pagó un millón y medio, ¿No? —Sonrío con malicia. —Si le llegas a hacer daño, te corto las pelotas, recuerda que tenemos una hermana y solo basta recordar por lo que tuvimos que… —¡Cállate la puta boca! —Grito al ver la intención que tenía. —No quiero que vayas por ese maldito lado o te partiré la cara de un puñetazo. —Lo veo levantarse y lo imito. —No puedes pasarte todo la vida lamentándote por algo que pasó hace más de 14 años, es eso lo que no te deja vivir, es eso lo que hace de ti un hombre insensible, es por eso que nuestra hermanita se fue de nuestro lado y es por esa misma mierda que lleva dos semanas sin hablar contigo. Te vas a quedar solo en la puta viva, créeme hermano, estar viejo y solo es algo bastante deprimente. —Baja la mirada y mira mis puños apretado con fuerza. —¿Qué? ¿Me vas a golpear? Pues venga y quitémonos estas ganas de darnos, y para que sepas la primera mujer que me guste le diré que sea mi novia y si me engaña, ¿Adivina qué? Tendrás que soportar mi dolor y mi sufrimiento, tendrás que beber conmigo y tendrás que recordarme que la vida sigue, sí… justo como hacemos con Lucelia. Ahora dicho las verdades en tu estúpida cara fea, ¡Jodete puto! —Me muestra el dedo corazón y camina hasta la puerta sin dejar de mostrármelo. Furioso por todo lo que me ha dicho le tiro el lapicero y este pega en la puerta, segundo después la abre asoma la cara y se carcajea. Conteniendo toda la furia que tengo trato de calmarme, trato de no explotar y no tirar todo lo que haya en mi alrededor, camino al mini bar y necesitado de un trago me sirvo un vaso lleno y bebo de el como si fuera agua. Sin poderme relajar del todo llega la hora de la cena así que salgo de mi despacho y sin mirar a la secretaria voy directo al ascensor, cuando salgo del edificio ver a Malcolm me estresa, ignorando su imponente presencia me dirijo a mi coche, cuando siento un puñetazo en mi mejilla me hace llevarme la mano a ella para aliviar el dolor. —¿Pero qué coño? —Pregunto adolorido, y por respeto no le alzo la mano, él es el único hombre a quien le permito estas cosas sin molerlo a golpes. —¡Papá qué coño te pasa! —Digo con sorpresa. —¿No te bastó decirle esas cosas a tu hermana y ahora andas comprando virginidades como si fueran propiedades? ¿Has olvidado que tienes una hermana? —Patidifuso le miro escuchando todo lo que me dice, su furia me hace retroceder, agradezco que nadie está en el estacionamiento. —Pero ese ha sido Loan, yo no tengo nada que ver. —Gruñe fastidiado, y se acerca a mi intimidante, me paro firme y no retrocedo ni un paso más. —¿Ahora te da por culpar al tonto de tu hermano? Los dos sabemos que a él no se le pasaría algo así por la cabeza, aquí el que mayor problema da eres tú. —Ahora lo entiendo todo, así que me echo a reír para su sorpresa. —Ese maldito te ha visto la cara, fue él quien me dio eso para mi cumpleaños, yo me negué y él insistió, lo hizo sin mi consentimiento, vamos hackea su móvil y te darás cuenta. —Hace lo que le pido y al verlo descomponer el rostro sonrío. —¿Ves que no es el ángel que crees que es? Se ha enojado porque le dije algo que no le gustó y se ha querido vengar así. —Niega un par de veces y me mira. —Ustedes me van a ocasionar un infarto, no puedo creer que mi niña sea más sensata y madura que ustedes, igual me debías ese puñetazo por fastidiarme. ¿Cómo se te ocurre venir sin protección? Pones en una situación muy difícil a mis hombres y eso no lo voy a tolerar. —Camina al coche y lo abre. —Monta tu jodido culo al auto que debes llegar a ese restaurante. —Sin decir nada y sintiéndome como un niño regañado obedezco. Si bien soy un hombre el cual deben temerle no soy capaz de levantarle la mano al hombre que me terminó de criar junto a mis hermanos, tengo gran admiración por ese n***o, él es mi modelo a seguir. Su amistad con mi padre era tan pura, leal y real que sin importarle nada y sin pensarlo dos veces estuvo ahí para nosotros haciendo ese rol de padre, siendo ese apoyo sobre todo para mí. Sin perder la oportunidad lo enveneno para que le dé su merecido a Loan, de alguna manera debe pagarlo. La cena fue perfecta, todo está bien y tengo muchos más clientes que satisfacer, no tengo quejas, la empresa está siendo igual de exitosa como cuando estaba mi padre al frente, eso me hace que me sienta sumamente orgulloso. Al llegar a casa me dirijo inmediatamente al baño, al salir bajo a la cocina donde aún está Susana, no se cansa de limpiar lo que ya está limpio, decido comer en el porche mirando el mar y sintiendo esa brisa fresca que recorre mi rostro, las palabras de Loan se me vienen a la cabeza y me amargan toda la existencia, es un idiota. —Está muy pensativo. —Escuchar a la mujer me hace buscarla con la mirada, cuando la veo en la puerta suspiro. —No es bueno que una persona esté sola, todos merecemos estar en compañía de alguien. —Gruño fuerte para que me escuche. —No necesito esto Susana, solo me siento bien y no pienso estar en compañía de nadie, con mis hermanos y Malcolm estoy bien, hasta contigo si me lo preguntas, pero tener una persona todo el tiempo junto a mí ha de ser estresante y créeme no me soportarían ni medio día eso tú lo sabes, así que no insistas más, ahora vamos ve a casa debes descansar. —La mujer da un largo suspiro y se despide. Quedando solo nuevamente pienso en el regalo de Loan para mi cumpleaños, sonrío al recordar aquel cuerpo delgado que no llamó para nada la atención. Rio y niego. —Es una locura, pero es buena idea. —Decido darme ese placer que pocos hombres de mi edad tienen.
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