—Señor ya está listo el desayuno— atrasado como nunca antes me anudo la corbata lo más rápido que puedo, esas tantas horas que hablo con Marilí tendrán que acabarse, tendré que obligarla a que viva conmigo, aun cuando ni siquiera ha aceptado ser mi novia. —Bajo en un momento, Susana— le respondo a la mujer para que pueda marcharse. Una vez listo bajo prácticamente corriendo al comedor. —Vaya y eso que tú no tienes quien no te deje dormir— se mofa Loan. —Pues tú tienes quien y aun así prefieres venir a pasar la noche con tu hermano, idiota— rio mirándole. —Dejen de hablar y apresúrense, vamos tarde y hoy tienen la reunión de cierre de mes— rudo los ojos, amo mi trabajo y mi compañía, pero que sea yo quien lleve toda la responsabilidades en cierto punto me abruma. —Loan, ya deberías ir