—Aaahhh, Kahin. —Acaricia mi cuello y yo ya me siento perdido ante el contacto de ella. El calor aumenta en nuestros cuerpos, el morbo que me da escuchar sus gemidos no tiene explicación, toda sensación de mi cuerpo solo ella las puede llevar a tal nivel, me siento arder, me siento en un valle de emociones donde ella es esa que me hunde más y más. El deseo que por ella siento no lo había sentido nunca antes, a pesar de ser sexo tradicional siento que me da más placer que con los juego. Quita mi saco, yo no me despego de ella, mis labios y mis manos se están saciando de toda esa hambre que han tenido de ella toda esta maldita semana que pareció un mes; va desabrochando mi camisa despacio. —Odio que me hagas esto. —Susurra a mi oído solo para ocasionarme corrientazos por todo mi cuerpo, me a
