simón
"Joder", grité, mientras bajaba de mi orgasmo. Actualmente estaba inclinada sobre el sofá de Michael y él me había estado atendiendo minuciosamente desde atrás. Maldita sea, sabía qué diablos estaba haciendo.
Continuó empujando contra mí, persiguiendo su propio subidón. Finalmente cayó por el borde un minuto después y se desplomó encima de mí. Aún así, tuvo cuidado de no apoyar todo su peso sobre mí. Podría aplastarme fácilmente si quisiera. A veces quería que lo hiciera.
"Te juro que cada vez te vuelves más sexy", susurró con voz ronca en mi oído. Giré mi cuerpo para estar frente a él. Se puso de rodillas para que yo estuviera un poco parada sobre él.
"Quiero que me devores", respondí, sintiéndome como la diosa del sexo que me estaba convirtiendo.
***
Realmente no era mi inten
