17: Problemas con chicos

2698 Words
Lily La campana suena indicando el fin de la jornada. —Y recuerden éste trabajo es en parejas para la próxima clase necesito una lista de todas las parejas en mi escritorio a primera hora. Este trabajo ocupa el 40% de su calificación así que escojan sabiamente jóvenes y solo parejas no tercias ni nada no hay excepciones. Con esto se pueden retirar buena tarde—termina de decir el profesor haciendo que se lleve algunos suspiros molestos de algunos alumnos . Guardo mis cosas y empiezo a ponerme un poco preocupada sobre éste trabajo. Desde que me fui las cosas cambiaron así como también se fueron algunas personas con las que frecuentaba, casi no conozco a nadie a excepción de Emma y Zac. Suspiro y dispuesta a irme salgo del aula. De repente una rubia entra en mi campo de visión. Beckham se encuentra recargada en uno de los casilleros. —¡Martin!—grita al verme. Sonrío y camino hacia ella.—Te estaba esperando—dice. Arqueo ambas cejas—¿Ah sí?—pregunto un poco sorprendida. —Sí, Me preguntaba si quisieses hacer el trabajo de literatura conmigo…—propone dudosa.—Me divertí la otra vez que hablé contigo así que pensé ¿por qué no? Sonrío. Y es ahora cuando le agradezco al universo o a lo que sea que se encuentre allí por no tener que buscar pareja. *** Me encuentro frente a la entrada de la casa de Beckham. Decido tocar el timbre. Al final acepté su propuesta, obviamente, a lo cual ella propuso su casa y me dio su dirección. Decidimos empezar el trabajo hoy ya que no queremos que luego se nos junte y lo terminemos haciendo todo de prisa. Antes de aceptar le dije que tenía que ir a mi casa a pasar por unas cosas. Minutos después una mujer joven morena abre la puerta. Emanando unos aires de superioridad la mujer me da una rápida de arriba hacia abajo con su ceño levemente fruncido. Yo solo me limito a sonreír. —¿Está…—me detengo de repente porque me he acordado que después de tanto tiempo no me sé el nombre de Beckham, es decir lo pudieron haber mencionado los profesores en las clases que compartimos, pero no suelo prestar mucha atención. La mujer al ver mi pequeña pausa arquea una ceja esperando mi respuesta.—…Beckham?—termino de decir. La mujer frunce más el ceño. —Bueno puede ser el señor Beckham, yo…no sé se más específica. Con solo el apellido no basta—espeta. Bueno es que ese es el problema, solo me sé el apellido —¿La hija?—digo un tanto dudosa. Una pequeña chispa de curiosidad atraviesa el rostro de la morena —Cindy—afirma—Sí mencionó algo de un trabajo escolar, debes de ser la compañera. Pasa.—se hace a un lado dejándome el paso libre. Camino hacia la sofisticada y enorme casa. La mía es grande, pero al menos parece un hogar en cambio ésta parece más un museo o galería de arte. Pinturas de diferentes tamaños, formas, colores, texturas adornan las blancas paredes. Así como diferentes esculturas abstractas están posadas ya sea en una esquina o sobre estantes. Enormes candelabros cuelgan por específicas zonas de la casa dándole un toque decorativo a las salas. De repente me siento un poco incómoda estando aquí, es decir es un poco exagerado para mí gusto, lo cual me hace pensar que la familia de Cindy debe de haber personas muy importantes. La esbelta mujer me guía hacia lo que parece ser la sala de estar, me pide que me siente lo cual yo obedientemente hago. —En un momento baja Cindy…¿algo de tomar?—pregunta lo cual yo niego y agradezco. Al ver esto ella asiente con la cabeza y opta por sentarse en el sofá que queda en frente mío. Un gran silencio se apodera de la sala. Y solo se puede escuchar las manecillas del reloj marcando cada segundo. La mujer solo se dedica a sostener la misma mirada que tornó cuando pregunté por Cindy, sus ávidos ojos me analizan con sumo detalle haciendo que sienta la pesadez de su mirada. Sintiéndome incómoda desvió mi vista hacia cualquier punto de la sala que no sean sus ojos. Trato de buscar y analizar cualquier cosa con la que me pueda distraer. Después de unos minutos, los más eternos e incómodos de mi vida, Cindy se hace presente. —Martin, lamento la tardanza. Estaba acomodando unas cosas y…—se ve interrumpida por el sonido de su celular. Cindy ve la pantalla de su celular e inmediatamente sus ojos tornan un brillo de emoción. Antes de que contestase la llamada se disculpa.—Vuelvo en dos, si quieres Lily puedes ir subiendo a mi habitación—sin esperar una respuesta por mi parte se retira. Sí claro Cindy, como sé donde se encuentra tu habitación —Sígueme—me sobresalto al escuchar la voz de la mujer. Sin preguntar la sigo a lo que supondría que es la habitación de Cindy. Subimos los largos peldaños que conducen hacia las habitaciones de arriba, mientras vamos subiendo mis ojos viajan hacia el enorme, me atrevería decir el más grande de toda la casa, candelabro dando uno que otro destello de luz a través de los vidrios en forma de diamante que posee. Tras terminar de subir, nos encontramos con un largo pasillo en la cual a sus costados se pueden ver varias puertas, al igual que abajo las paredes del pasillo portan diferentes cuadros pinturas. Nos dirigimos hacia una puerta que se encuentra a casi al final del pasillo. La mujer se detiene y de nuevo siento su pesada mirada sin embargo ésta vez le sostengo la mirada. Ella solo me regala una sonrisa de boca cerrada sin embargo sus ojos dicen algo más que una simple sonrisa. —Aquí es—anuncia. —Gracias—agradezco. Tiendo mi mano en el picaporte y abro la puerta. Antes de entrar la voz de la mujer me detiene. —Lily Martin ¿no es así?—hace referencia mi nombre, Asiento. A lo cual ella se gira, sin embargo me atrevo a hablar. —¿Y usted?—pregunto a lo cual ella un poco sorprendida se voltea—¿Beckham…—dejo la palabra al aire. Por un minuto ella se empeña en regalar una de esas sonrisas que uno sabe que solo son para decorar, sin embargo decide dejar de sonreír y su cara se torna más seria. —Mi apellido es todo lo que necesitas saber—de repente el gusanito de la curiosidad empieza a despertar. —Usted luce como alguien a quién debe de ser recordada no solo por su apellido de casada—respondo sonando ahora lo que sería la verdadera Lily y no la que solo asiente para guardarse sus comentarios. Asiente. —Tienes razón—dice. Se voltea no sin antes decirme.—Nos vemos en la gala. La Sra. Beckham desaparece por el pasillo. Sin tener tiempo de procesar sus palabras Cindy aparece. —Hey ¿por qué no has entrado? Anda no seas tímida entra—dice mientras me empuja dentro. *** Después de casi dos horas trabajando decidimos tomar un descanso para despabilarnos un poco. Cindy insistía en seguir, pero sinceramente yo ya no podía y a pesar de que ella lo niegue sé que ella tampoco. Se le nota en su cara. Durante las últimos momentos que he estado conviviendo con ella me he dado cuenta que es una chica muy expresiva, bastante predecible. —Iré a por un vaso de agua ¿quieres algo?—pregunta mientras se trata de peinar el moño desordenado que traía. —Lo mismo, por favor—respondo. Asiente y se va dejándome sola. Saco mi celular y lo prendo. Decidí apagarlo para que no me distrajera mientras estábamos trabajando, lamentablemente este aparatito me roba mucha la atención cuando trato de hacer tarea. La pantalla se ilumina con seis mensajes nuevos. Zac: Peliardiente dónde estás??? :) Zac: Traté de llamarte y me manda a buzón what?! Zac: Iré a tu casa… Zac: No mejor no…no quiero encontrarme con tu madre… da miedo Zac: Vale, ya entendí. PERDÓN POR MOLESTARTE CON MI AMISTAD Una leve risa se me escapa de mis labios al ver los mensajes dramáticos de Zac. El dramas le dicen Opto por dejar que su sufrimiento lo consuma. Le responderé más al rato. Mi corazón da un vuelco al ver el sexto mensaje. Al parecer es reciente. Mark: Hola Cierro los ojos con fuerza para luego abrirlos y verificar que esto no es un tipo de alucinación. Efectivamente no lo es. Rápidamente apago mi celular y lo guardo. La incertidumbre me invade. ¿Debo responderle? ¿qué tal si me deja en visto? Bueno no soy mucho de ese tipo de chica que le da mucha importancia al visto, sin embargo no sé porque ahora de repente me empieza a preocupar. ¿Qué querrá? Esa es la pregunta. No quería que me enviara mensaje…¿o sí? Niego con mi cabeza. —No, no, no haré esto sé lo que me espera—digo para mí misma. —Sabes creo que ya es muy tarde para arrepentirse, ya hemos hecho la mayoría del trabajo Martin—dice Cindy entrando a la habitación con un vaso de agua en la mano y con la otra lleva un pequeño bowl con al parecer snacks.—Sé que trabajar conmigo puede ser agotador. Me dueles—niega con la cabeza. Por mi parte río ante su comentario. Aunque no lo crea, creo que Cindy ha sido la mejor compañera de trabajo que he tenido, no me malentiendan, he trabajado muchas veces con Emma, mi mejor amiga, pero precisamente por eso siempre terminamos tarde las cosas, una distrae a la otra en cambio con Cindy es como si uno trabajase con un alumno de Harvard. —No es eso—comento mientras me tiende el vaso y yo lo acepto. Tomo un trago de él. Al terminar éste mis ojos van hacia Cindy quién se encuentra esperando una explicación.—Oh…es que….—dudo un poco antes de continuar.—Problemas con chicos—difícilmente suelto. Inmediatamente la expresión de Cindy cambia de a una Cindy cansada por haber trabajado las últimas dos horas a por una Cindy curiosa. Toma asiento a mi lado ofreciéndome el bowl. Ruedo los ojos mientras tomo un snack. —Hay alguien…—miro a Cindy quién se encuentra atenta a mis palabras. Continúo.—Con quién tuve un pasado no muy lindo que digamos y por mucho tiempo estuvimos distanciados.—una leve punzada de dolor me atraviesa.—Él me hizo cosas horribles y yo se lo pagué con la misma moneda, sin embargo los dos perdimos…—sonrío—Los dos fuimos unos estúpidos y nos… —Se enamoraron—interviene Cindy. Sus palabras hacen un choque en mí. Dándome cuenta en el peso que llevan éstas. Niego repetidamente con la cabeza. —No, no él…no se enamora…—comento por lo bajo. Cindy ríe. —¿A caso es un robot?—comenta un tanto divertida. —No…pero no creo que se haya enamorado.—suspiro—De todos modos, solo nos empezamos a gustar, pero en tiempos diferentes. Lo nuestro de por sí estaba mal, nos odiábamos yo más a él y eso me llevo a caer en su juego.—tomo un snack del bowl que ahora se encuentra en medio de las dos. —Pero y ¿ahora?—pregunta Cindy antes de darle un mordisco a su bocado. —No sé…después de mucho tiempo me lo volví a encontrar y ha cambiado. Es como si fuera otra persona, como si no lo conociese y ahora que ya nos hemos arreglado ya no sé cómo ponerle nombre a lo que sea que tengamos. ¿Amigos? Sería extraño—hago una mueca y procedo a tomar otro bocadillo. —¿Y cómo definirías tus sentimientos hacia él?—pregunta curiosa. Termino mi bocadillo y hablo.—No voy a negar que no siento nada, pero tampoco quiero volver a sentir lo mismo que sentí. No quiero que… —Te vuelva a lastimar—termina por mí. Asiento. —Sí.—suspiro—Si te soy sincera quiero conocer ésta nueva faceta suya, pero el miedo me lo impide. —Sabes yo tengo a mi novio y antes no era muy buena persona. Lo conocí cuando estaba en esa etapa de proceso de cambiar y fue ahí en donde me di cuenta que la gente merece segundas oportunidades—de repente una sonrisa llena los labios de Cindy—Él es maravilloso como persona y me duele que a veces él crea que no me merece cuando en realidad él es mil veces mejor que yo. Sonrío. —Al parecer la enamorada aquí eres tú—comento mientras le doy un trago a mi vaso. Inmediatamente Cindy empieza a ponerse nerviosa y su cara opta por un color carmesí—No lo sé, creo que sí…—murmura. Mi celular empieza a sonar y veo que es una llamada de Zac. Al parecer no aguantó mucho sin mí —Disculpa—anuncio mientras me paro para salir de la habitación. Cindy asiente mientras termina por acabarse los bocadillos. Cierro la puerta detrás de mí y empiezo a caminar por el pasillo. Atiendo la llamada. —No puedes vivir sin mí admítelo—comento. Una risa demasiado fingida se escucha a través de la línea. —Ya quisieras peliardiente, pero tranquila que eres mi favorita—dice Zac con un tono bufón. Rio —Que alivio me tenías preocupada—empiezo a recorrer el pasillo lentamente mientras voy tanteando con mi mano derecha la pared.—Al rato te llamo que estoy un poco ocupada. —Mjum supongo que me vas a dejar con la duda sobre la razón por la que te desapareciste ¿acaso piensas huir con alguien peliardiente?—sonrío. —Me atrapaste, huiré con tu ex—comento a lo que él solo se queda en silencio.—¿Zac? —¿Cuál ex?—pregunta confuso. —¿Cindy?—pregunto. Silencio por su parte.—¿Beckham? Vamos con la que estaba el otro día en las escaleras. Tú mismo me dijiste que era una ex que por cierto lamento decirte que ya te superó—me río pero a Zac no le hace gracia lo cual hace que deje de reírme y detenga mi paso.—Vale, perdón. —¿Estás con ella?—pregunta ignorando mi disculpa. —Sí, es mi compañera de trabajo. Me invitó a su casa. Que tranquilo que no hemos hablado de ti….bueno aún no llegamos a esa parte—comento . —Oye Lily nunca dije que fue mi ex…necesito que vengas quiero hablarte de algo serio—todo rastro de diversión se ha ido y ésta conversación empieza a tornarse seria. Un sonido proveniente de alguna de las habitaciones hace que capte mi atención. —O sea que me mentiste—reclamo susurrando. Zac tarda unos momentos en contestar. —Sí y no, técnicamente solo te dije que era una ex más no mía y se puede saber ¿porque estás susurrando?—trata de defenderse. —Shhh—lo callo—Creo que hay alguien en una habitación. —Lily obviamente va a haber alguien si están en su casa genio, yo no iría si estuviese en tu lugar. Ignorando el comentario de Zac veo que la puerta de la habitación está entre abierta. —Pero claro estoy hablando con Lily Martin, señorita curiosidad es tu segundo nombre —No que era peliardiente—murmuro un poco divertida. Me acerco con cuidado a la puerta y rápidamente mi campo de visión detecta a la Sra. Beckham. Santa virgen Al ver la escena rápidamente decido retirarme. No, esto definitivamente fue mala idea Sintiendo mis mejillas arder una voz proveniente del pasillo me detiene.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD