9: Para que quiero enemigos si los tengo a ustedes

2027 Words
Mark Frunzo el ceño al leer el mensaje de Zac. Rápidamente respondo curioso. Yo: A qué va la pregunta? Espero la respuesta por su parte, pero lo único que veo es el escribiendo que aparece en la pantalla. Intento esperar un poco más, pero después decido bloquear mi celular. Más tarde recibo su respuesta. Zac: Por nada. Sólo tuve de esos episodios adolescentes en donde se ponen a reflexionar sobre la vida ;) Zac: Ignora mi pregunta. Bufo. De todos modos ¿qué podía esperar? Después de todo es Zac. Yo: Sí tú lo dices Dejo a un lado mi celular dejándome recostar por completo en la cama. Estoy boca arriba posando mi brazo detrás de mi nuca. Mis pensamientos vagan y finalmente se concentran en las palabras de Cindy. Quiero conocer al imperfecto de Mark Henderson Esas palabras resuenan por toda mi cabeza dejando que suelte un gran suspiro. —Nunca dejaría que eso pasara Cindy…—musito. Suelto un gran suspiro.—Sólo por un tiempo más…—termino por decir. Apago la luz de mi mesa de noche. Cierro los ojos tratando de disipar aquellos pensamientos. Lily Cierro de golpe la puerta detrás de mío. ¿Qué rayos acaba de pasar? Mi corazón está a mil. Mis manos tambalean un poco y mis pensamientos son todo un desastre. Aún parada en la entrada mis ojos se dan cuenta que la luz de la cocina está encendida. Confusa me dirijo hacia ella. Frunzo el ceño al ver de quién se trata. Una mujer de unos 42 años capta mi atención—¿Qué haces aquí?—le pregunto a mi madre quién se encuentra de espaldas tomando un vaso de agua. Al escuchar mi voz ésta se da la media vuelta para pasarse de largo. Ni si quiera me dirige la mirada. Sus altos tacones resuenan con cada paso que da. Molesta la sigo. —Es mi casa Lily—se digna a contestar. Toma asiento en el sofá dejando a un lado su vaso. Se quita su elegante saco que llevaba puesto hace unos segundos para ponerlo a un lado. Se recoge su pelirrojo cabello en un moño. Abre su laptop e inmediatamente empieza a teclear sin parar. Me acerco hacia ella. Inmediatamente su fuerte perfume invaden mis fosas nasales.—Tú nunca estás en casa…—acuso con voz dura—¿Y podrías decirme por qué rayos no vi tu coche aparcado?—señalo. Ella por su parte me responde sin si quiera mirarme.—Tu padre me trajo—dice sin más. —Pero si tú tienes tu propio coche no entiendo la necesidad de que te haya traído y...—veo el reloj que está en la cocina—son las 7:00, hora en la que nunca estás en casa y si no llegas tarde es porque ya te fuiste de viaje así que sí, te pregunto ¿qué haces aquí?—respondo alterada. Al parecer no se esperaba esa respuesta por parte mía ya que obtengo por un momento su atención. Sus ojos verdes ,que al parecer los heredé de ella, me miran con confusión—No tengo porque darte explicaciones.—con esto se vuelve hacia su laptop dejándome molesta. Mi mandíbula empieza a tensarse. Mis manos empiezan a hacerse puños. —¿No tienes que darme explicaciones?—pregunto irónicamente reprimiendo las ganas de gritar—Porque para lo que a mí me concierne hiciste que Zac siendo mi amigo me convenciera de ir a uno de tus estúpidas reuniones sabiendo que no podía decir que no y no, no, no—niego con la cabeza repetidas veces—eso no te bastó ¿verdad? le tuviste que amenazar—señalo molesta. —Por favor Lily no seas dramática que no lo amenace a muerte, no fue algo serio además… —trata de decir pero yo inmediatamente la corto. —¡Y una mierda!—grito—Utilizaste a mi amigo para tus jugadas, siempre se tiene que hacer lo que Nina Martin diga ¿no es así?—mi tono ésta vez es más brusco. —Por Dios, pero por supuesto que no—trata de defender pero la corto. —¿Ah no? ¿A caso me consultaron o me pidieron mi opinión cuándo se tuvieron que ir a Alemania? Y sí digo tuvieron, porque yo bien pude haberme quedado pero como siempre nunca me toman en cuenta—suelto. Al escuchar mis palabras, Nina se voltea completamente hacia mí dejando por completo a un lado su laptop.—Puras tonterías salen de tu boca, claro que te tomamos en cuenta, sí tu padre y yo pagamos la escuela en donde estudias, tienes un techo y por Dios tienes un coche si no lo hiciéramos no tendrías nada. —No me refiero a ese tipo de atención—digo entre dientes—Dime ¿alguna vez me preguntaste si un chico de mi salón me gustaba o si alguna vez me sentía bien? ¿acaso me diste alguna vez consejos? Por Dios ni si quiera sabes que ya no soy virgen maldita sea—su rostro expresa confusión. Frunce el ceño—Eso...—la interrumpo. —Espera que eso no es todo—de repente un nudo empieza a hacerse presente en mi garganta—Ni si quiera sabes de tantas cosas que he pasado y ¿sabes qué es lo peor? Que a ti te importa una mierda… siempre ha sido así—empiezo a sentir como poco a poco mi vista empieza a nublarse pero trato de reprimirlo—Y ahora me sales con amenazar a una persona que realmente se preocupa por mí, que me toma en cuenta ¿y qué haces? Lo ves como una herramienta para controlarme porque eso es lo que haces—corto ya que si sigo así terminaré por explotar y eso es lo que menos quiero en estos momentos. Tomo un breve respiro. Hablo. —Iré a la maldita gala sólo por Zac y para que sepas ya que lo metiste en todo esto él va a ir como mi acompañante y no, nada me hará cambiar de opinión—sentencio. A punto de subirme a mi cuarto la voz de mi madre me retiene. —No puedes hacer esto Lily somos tus padres y vas a hacer lo que nosotros te digamos—declara. Me volteo bruscamente con los puños lo suficientemente duros como para ver lo blanco que mis nudillos empiezan a tornarse. —¿Mis padres?—niego con la cabeza—Para qué quiero enemigos si los tengo a ustedes.—y sin más me retiro dejando a mi madre decir unas cosas que no logro a escuchar y que en lo más mínimo me importan. Entro a mi cuarto dejándome caer en mi cama boca arriba. Suelto un gran respiro e inmediatamente lágrimas empiezan a recorrer la zona de mis mejillas dejándolas húmedas a su paso. Dejo salir un gruñido e inmediatamente cubro mi cara con mis manos. Odio esto, lo odio, lo odio. Agarro una almohada y me la pongo cubriéndome la zona de la cara, dejo escapar un grito que se queda ahogado en ésta. No dejes que esto te afecte Por unos momentos me quedo pensando. Mi madre siempre ha sido una persona dura, una persona que está muy apegada a sus principios ya que ella recibió una estricta educación; era la chica perfecta, una excelente –y no digo buena porque eso quedaría corto- hija que cualquier padre pudiera desear, mis abuelos maternos fueron unas personas bastantes rígidas y estrictas así que no la culpo por tener su actitud muy fría, sin embargo eso no le da derecho de actuar como si no tuviera una hija; a veces me pregunto que si de bebé al menos en esa época sonreía, era feliz …porque desde pequeña lo único que me exigía era tener buenas notas y ser una buena niña y cuando obtenía buenas notas lo único que me decía era un “es tu deber así que sigue así” así que crecí con eso de hacerla sentir “orgullosa de verdad” esperando en el que algún día al menos me llenara de besos y abrazos como cualquier madre pero no, eso nunca pasó. Y pensar que ahora me sale con esto. Trato de calmarme despabilándome de mis pensamientos. Después de un rato lo único que logra calmarme es haberme quedado dormida. Más tarde el sonido de mi celular vibrando me despierta haciéndome sobresaltar sobre mi cama. Contesto sin siquiera ver de quién se trata. —¿Hola?—pregunto tratando de despertar pero se me es muy difícil. Por Dios pero ¿qué hora es? —Peliardiente…—inmediatamente al escuchar su voz mi respiración se empieza a acelerar de repente una imagen me viene a mi cabeza. El beso. Oh no, no, no Antes de responder trago con dificultad mientras me reincorporo para estar en una mejor posición.—Zac..—digo tratando de normalizar mi tono de voz—Eh…¿qué…—trato de decir pero los nervios me lo impiden. Escucho una pequeña risa por parte suya.—Lo siento peliardiente por sí te desperté, sé que son las 2:00 de la madrugada—dice y de repente mis ojos se abren como platos ¡¿Qué?! ¡¿Las dos de la mañana?! Rápidamente compruebo la hora en mi celular y sí efectivamente son las dos. Zac por su parte continua hablando.—Quería pedir por tu apreciada compañía para ir a una fiesta, verás Liam no quiere ir ya que básicamente me mandó directo por un tubo. —¿Y por qué?—pregunto sin pensarlo. —Porque “quería que lo dejara dormir” al parecer la edad ya le está pegando pero bueno tengo esperanzas en ti ¿no es así?—cuestiona a lo que yo contesto. —Eh…sí claro ¿por qué no?—escucho una pequeña celebración por parte suya a lo que me lleva a hacerle una pregunta—Pero dime ¿Cuándo es? —Oh empezó hace como unas…dos horas pero tranquila que esto va para largo, de hecho ya estoy fuera de tu casa, pero tómatelo con calma que yo te espero asumo que te tienes que arreglar y esas cosas, pero no tienes que hacerlo, sabes puedes irte en pijama, si quieres claro, de todos modos todo el mundo terminará ebrio sin recordar nada de la fiesta pero al gusto del cliente—trato de responder pero él sigue hablando—Bueno hasta ahora y por cierto sabía que no me defraudaría mi más leal compañera de fiestas—y sin más cuelga sin haberme dejado opinar sobre el tema. —Oh Liam ¿por qué no me advertiste?—digo para mí misma dejándome caer sobre mi cama una vez más a lo que me lleva a pensar sobre lo que sucedió hace unas horas. Bueno de todos modos necesito salir después de haber tenido esa discusión y “revelación” en contra de mi madre pero lo que me concierna es el hecho en el que Zac está actuando normal… ¿A caso está ignorando el hecho en dónde casi nos besamos? Bueno sinceramente aún no estoy preparada para hacerle frente a ello así que por lo mientras no me quejo, sin embargo esto no significa que nunca tendremos que hablar de ello…simplemente esas cosas no son fáciles de ignorar. Me levanto de la cama dirigiéndome hacia mi clóset, examino lo que hay dentro y finalmente opto por una chaqueta de mezclilla, me la pongo encima de mi blusa negra de tirantes, sinceramente no tengo muchas ganas de arreglarme así que lo que hago es peinar un poco mi cabello con mis dedos y bueno de maquillaje aún tengo rímel en las pestañas así que con eso basta. Tomo mi celular y abro la puerta de mi cuarto, inmediatamente mis ojos se encuentran con los de ella, quien estaba a punto de entrar a mi habitación. Sí, Nina la que se hace llamar mi madre.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD