Federico...
Cuando salí de la regadera y pude verla en ese pequeño y corto vestido, o pijama, lo que sea, quede realmente asombrado por la belleza de Andrea, ella claro esta posee una figura asombrosa, pero tenerla así, para mí, con esas telas que poco cubren su precioso cuerpo me dejaron boquiabierto.
La tome entre mis brazos, la lleve a la cama y le mostré el placer que puedo hacerle sentir, probé su feminidad a conciencia me encanta su cuerpo, su maravillosa y perfecta piel, ella llegó rápidamente al orgasmo, y yo, yo ya no puedo contenerme más, necesito hacerla mía, así que me coloco sobre ella, me abro paso entre sus piernas.
- Necesito hacerte mía Andrea...
Le digo desesperado, pues mi m*****o endurecido la reclama de inmediato, hacerla mía es lo único que va a quitarme esta des
