Capítulo 3: Solo reacciona a él.

2353 Words
Muevo mi cuerpo al ritmo de la música dejándome llevar por todo, Bianca, a mi lado se pega a mí restregando su cuerpo con el mío. Con la vista borrosa pasó mis manos por el cuello dejándolas allí empezando a movernos juntas, ambas cerramos los ojos bailando. Estoy lo suficiente borracha para hacer alguna locura y mi mejor amiga igual, movemos nuestra cintura con lentitud, al abrir los ojos sonreímos para luego darnos la vuelta pasando nuestras manos por nuestros cuerpos captando la atención de varios allí. Ambas nos separamos tomadas de las manos caminando hasta nuestra. —Creo que deberíamos irnos .—Bianca se tambalea sentándose. —Es muy temprano .—Me río —Eh tú, tráeme tequila .-Muevo mi cuerpo cerrando mis ojos. —Aurora ya es muy tarde es mejor que se vayan .—Hago una mueca alejándome del tacto de Antonio. —Déjame — Bebo de un trago el tequila. —Quiero divertirme de esta asquerosa manera, ¿No me podrían dejar en paz? —Un barman pasa con varias botellas de cerveza, lo detengo tomando una. —No, no más .—Antonio me la quita. —Es hora de irnos .—Levanta a una muy borracha Bianca, nos toma por las manos guiándonos a la salida. —Creo que ya estoy mayorcita para que me manden .—Me suelto de su agarre con fuerza haciéndome perder el equilibrio —Gracias.—Me empiezo a reír cuando alguien evita mi caída —Ahora eres mi héroe .—Llevo mis manos a mi boca cuando una arcada me llega. —Maldición, Aurora, si Caleb te ve así me va matar .—Esa voz yo la conozco. —Dimitri.—Brinco enredando mis piernas en su torno, lo miró con los ojos entrecerrados picando su mejilla —Eres un mal amigo ¿Lo sabías? No, no respondas no lo sabes, no sabes nada — —¿Antonio, el auto donde vinieron las chicas dónde está?— —Yo sé dónde está .—Bianca brinca, me bajo de Dimitri caminando a su lado. —Shh, no se lo digas .—Nos empezamos a reír —Eso es un secreto — —Un secreto muy secretoso .&La miró parpadeando varias veces, suelto una carcajada acompañada de ella. —Caleb, me va a matar, soy su jodido guardaespaldas .—De pronto el mundo está de cabeza, hago una mueca cuando siento unas palmas en mi parte trasera. —Oye, quita manos, si fueras las de él, sí te permitirá que las posaras allí, pero como tristemente no lo eres, quitalas — —¿De quién estabas hablando?—Hago una mueca, sintiendo otra arcada—Aurora ni lo pien —No termina de hablar cuando vómito todo lo que ingeri en él—Maravillo, necesito un aumento — —No deberían pagarte por cuidarme, soy ya mayorcita .—Antonio se ríe -Y tú no te rías, muy bien estabas hace unas horas metido mis piernas .—Lo apuntó. —Maldición, yo no debería saber eso, no quiero imágenes mentales de como se cogen a la chica que es como mi hermana que además de eso es a la que tengo que cuidar — Me deja en un auto para luego quitarse la camisa. —Tangas curvas y yo sin freno .—Bianca se aleja de Antonio caminando torpemente, suelto una risita —Estas muy gueno .—Me río abiertamente cuando toma su amigo en sus manos —Joger, está bien gotano ¿No quieres empalarme con ese monstruo? — —Dime eso cuando estes en tus cinco sentidos — —Eso no va a pasar¿Gabes por gué? — -Uuh, yo sé, go sé .—Me levantó tambaleándose —Ella te odia por una extraña razón .—La miro -¿Esgo en lo cierto? —Me lengua se enrrienda. Si .—Se guinda a mi cuerpo y ambas caemos riéndonos. —De aquí me encargo yo, dejaré a la loca en su casa y llevaré a este otro loca a la suya.—Busca entre los bolsillos del pantalón de mi amiga algo. —Eres libre de gocar todo lo que guieras mi gonstruo — Bianca abre sus brazos, veo como Dimitri niega. —Llévate su carro .—Les tira no se que cosa a Antonio. Con su ayuda nos meten en el auto, yo solo me río como si estuviera loca. —Agiós, agiós .—Salgo por la ventana riéndome —c*****o, tal vez la próxima si guncione .—Agito mis manos hacia Antonio que ve me interrogante. —Aurora, adentro .—Me siento con los brazos cruzados observando mal y como muy mayorcita que soy le saco la lengua provocando la risa de mi amiga. °°° —¿Quien dejó las cortinas abiertas? —Gruño con un incesante dolor de cabeza. —Maldición cierra esas putas cortinas.—Bianca gruñe con evidente enojo. —¿Esa boca en con la que besas a tu madre?— Suelto una risita que me hace doler más la cabeza. —Mira, hablemos c—ando esté sin un jodido dolor de cabeza - -Claro, nos pondremos de acuerdo en que posición deseas que te haga mía con mi monstruo .—Abro los ojos riéndome estruendosamente. —¡Que! —Bianca se levanta de golpe, hago una mueca masajeandome mi sien. -Ya hablaremos .—Diminic deja una bandeja en la mesa del centro de mi cuarto —Por cierto, Aurora .—Muerde sus labios cuando volteo mi rostro en la cama. —¿Dime por favor que no hice el ridículo?—Susurro llena de pánico. —Pues aparte de que me cambiaste el nombre.—Me da una mirada divertida que no se cómo explicar, se da media vuelta y me dejs con los ojos bien abiertos. Flashback. Todo a mi alrededor da vueltas. —Yupi, esgoy en las sillas giratorias — —Monstruo gelicioso — —Aurora, estás en serios problemas .—Caleb, me observa con los ojos llenos de furia, bajo la vista por todo su cuerpo mordiendo mis labios al percatarme que está sin camisa. Joder que cuerpo. Esos hombros anchos, esos brazos llenos de venas cuando se tensa, esos dedos gruesos y largos, ese abdomen, esa perfecta V que se le marca. Y esa bestia que esconde, simplemente perfecto. Esos dos tatuajes, uno en su costilla al lado derecho, como una especie de enredadera y esos rayos en tinta blanca en sus hombros y por todo su cuello. ¿Me he mojado solo por verlo? Pero que vista. —¿Aurora, me estás escuchando?— -No, me gecias .-Hago un puchero, su rostro me hace mucha gracia, me pierdo en sus labios rosados y esos dientes blancos, asiento como una estúpida. —¡Aurora! — —Lo siento,estoy gantaseando con alguien.—Me disculpo —Si me vas a regañar que sea mañana —Porque en estos momentos lo que más quiero es saltarte encima. Enredo mi lengua al hablar provocando que me ría. Me acerco a Caleb, abrazándolo, oliendo su delicioso olor a masculinidad y ese perfume que le regale para su cumpleaños número veintiocho. —¿Creo que? .—Bianca vacía su estómago en los zapatos de Dimitri, él solo suspira tomando el puente de su nariz entre sus manos. Fin del flashbacks. —Por lo menos no fui tan estúpida y le confesé que con quién estaba fantaseando era con él.—Me tiró de nuevo a la cama. —¿Con quién, Caleb? .—Me levanto como resorte provocando que mi dolor aumente. —Yo .—Bianca se levanta del suelo acercándose a mí con una sonrisa. -Soy la persona que más te conoce, Aurora, además anoche susurraste su nombre dormida y creeme que no eran sólo susurros.—Mueve sus cejas de arriba abajo. Yo solo evito su mirada sintiéndome peor, soy una maldita enferma. ¿Soñando con mi propio hermano? ¿Que me pasa? —¿Oye no llores? —Bianca me atrae a su cuerpo —¿Qué pasa? — —Bia, soy una enferma¿Quien desea a su propio hermano? Eso es inmoral .—La miro y ella solo me regala una sonrisa. —Cuando dijimos que en las buenas y en las malas era cierto mi pequeña boba .—Limpia con cuidado mis mejillas—Es un tanto extraño, pero yo jamás te juzgaría— —Esta mal — —Lo está, si, pero ¿Ahora todo está mal? Además hasta yo caería por ese manjar que tienes como hermano . —Me sonríe —Esta para chuparselo, yo te apoyaré en todo y estaré para tí, no importa, jamás te juzgaria no a tí ¿Como podría? — —Yo creí que tú — —No creas nada, somos amigas, hermanas — Me abraza consolando mi pobre corazón ¿Que haría sin Bianca? Ella ha estado conmigo todo el tiempo sin dejarme sola, estuvo cuando encontré a Antonio con otra, me vio llorar por él, estuvo en todo ese proceso hasta que todo pasó. Ambas nos sostuvimos cuando mis padres y Bruno murieron. Somos hermanas. Ambas nos levantamos saliendo de allí con la bandeja en mis manos, las risas provenientes de la sala hacen que mi pobre corazón se acelera con anticipación. Me detengo al inicio de las escaleras apretando con fuerza la bandeja. —¿Sabes qué es lo bueno? .—Niego cuando empezamos a bajar las escaleras—No sabe que te viste con Antonio .—Susurra solo para mí. La miró asintiendo, mi hermano nunca aprobó mi relación con él, siempre me dijo que yo merecía a alguien más, cuando supo que habías cortado se alegró mucho. Sin poder evitarlo dirijo mi vista a la puerta dónde ví a Caleb con esa chica provocando que un nudo se forme en mi garganta. Los recuerdos vuelven, cierro mis ojos apretando con fuerza negando. Paso por la sala evitando a toda costa la mirada de mí hermano. —Aurora — —Señor .—Maldigo entre dientes, nunca lo he llamado Señor. Caleb me ve con una ceja levantada cruzando sus sexys brazos y elevando la camisura de esos apetitosos labios ¿Cómo sería pasar por allí mi lengua? Me lamo los labios por el deseo. —Te estoy hablando, Aurora .—Trago con fuerza cuando siento su agarre fuerte en mi mentón. Mi respiración se acelera. Lo miro a los ojos perdiéndome en ese azul celeste que ellos tienen. Desvío mi vista hacia Bianca qué me dedica una pequeña sonrisa, dirijo mi mirada hacia Caleb que tiene su mandíbula tensa. —Di-me .—Maldición, vamos Aurora —¿Qué sucede, Caleb? —Me alejo de su tacto como si este me quemara y si lo hace. —¿Ayer estabas aquí cuando yo llegue?— Escudriña mi rostro buscando algún rastro que le demuestre que si estaba aquí, reuniendo todas mis fuerzas evitó que se de cuenta. Él me conoce. Caleb es tu hermano, deja de fantasear con él. —¿A qué hora llegaste ayer? —Su rostro relaja. Claro teme que lo haya visto follarse a aquella mujer. Si te vi, ví como te la cogías cerca de la puerta, ví como la empalabas con fuerza y ella gritaba por más, ví todo eso. Muerdo mis labios alejándome más de él. Como si eso sirviera. —¿No tienes clases hoy? — —No — —Bien, hoy tendrás que venir a la empresa tienes que firmas algunas cosas— —De acuerdo.—Huyó de su mirada. —Por cierto, en el horno está su almuerzo — —Gracias y adiós .—Tomó la mano de Bianca para acercarnos a la cocina. —¿Qué fue todo eso? — —¿Qué fue? — -Lo sabes muy bien, joder, Aurora nunca has sido sumisa ante nadie, nunca has tartamudeado y ahora . —Apunta con su cabeza a mi hermano que vuelve a lo suyo con Diminic —Vale, se que con Caleb siempre has sido diferente, manteniendo cierto respeto por él ¿Pero llamarlo Señor? Solo faltaba que le dijeras Papi .—Se ríe divertida. —A mi no me hace gracia —Saco ambos platos. —Oh, vamos .—Me golpea con su brazo. —Simplemente no puedo ver el lado gracios—Niego —Joder, deseo a mi hermano.—Coloco con algo de fuerza el plato en el mesón provocando que los dos hombres en la sala me vean con extrañes —Lo siento— —Aurora, lo siento, no sé cómo te sientes, pero te conozco no te mates la cabeza .—Me abraza —Aquí estoy yo —Sonrio sin ánimo. —¿Qué haría sin ti?— —Probablemente tu vida sería gris y sin vida.—Pellizca mi mejilla—Tengo pensado pintarme el cabello en verde ¿Que opinas? — —¿Está loca? Mujer tu cabello es hermoso, me encanta este rubio, con esas mechitas en morado, simplemente me encanta, ¿Además verde?— —¿No? — —Es tu cabello, pero si por mí fuera no — Ambas nos sentamos a comer en silencio. Pero toda la tranquilidad se viene al trasto cuando el imponente cuerpo de Caleb, se coloca detrás de mí, puedo sentir su calor corporal y olor su olor. Ese olor debería ser ilegal. Mis mejillas se tiñen de rojo. —Solo quería esto .—Estira su brazo por encima de mí tomando un lapicero que justo estaba en el medio de Bia y yo. Se aleja sin percatarse de cómo me dejó, de cómo su simple cercanía puso a temblar mi pobre cuerpo. Bajo la vista, mis manos que tiemblan y están frías. Todo mi cuerpo esta como gelatina. Solo por la cercanía de mi hermano. Solo por Caleb. ¿En qué me he metido?
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