Presente.
Camino con paso firme por toda la instalación buscando a ese desgraciado.
Mi mejor amiga a mis espaldas intenta detenerme más no lo dejo.
Por hombres como ese maldito bastardo es que nosotras las mujeres sufrimos, mi ira aumenta con cada paso que doy al ver cómo algunos de los estudiantes se nos quedan viendo.
—Lo voy a matar .—Susurro para mí.
Sin importarme que sea el baño de los hombres ingresó en el, pasó por todo el lugar ganándome varias exclamaciones de parte de ellos.
—Aurora .—Bianca intenta tomar mi brazos.
—Bianca, vete .—Con paso firme caminó hasta ese maldito que se hace llamar hombre.
—Scott Melcion .—digo hasta encontrarlo en una esquina con sus amigos riéndose.
—La mismísima Aurora Garnol .—Aplaude empezando a caminar a mi alrededor —¿A qué se debe este grandioso honor?—Sonríe con grandeza.
Ruedo los ojos colocando mi mejor sonrisa, esa maldita sonrisa que mi hermano me enseñó.
No estás a mi nivel idiota.
—¿El mismo honor que tienes tú? —digo con fingida inocencia ganándome las risas y los abucheos de todos los presentes.
—¿Qué quieres, Garnol? —
—¿Sabes lo que significa pasar contenido s****l sin ninguna autorización de los o en este caso presente? —Está por decir algo, pero no lo dejo —¿Sabes algo? —Camino a su alrededor observando cómo su cuerpo se tensa—Eso se considera un delito por distribución de difusión sin autorización, ¿Sabes cuántos años te podrían dar pasar Scotti? —Hago un estúpido puchero con una mirada maliciosa —De tres meses a cinco años, solo por ese delito.... —Me acerco a él.
—No te metas conmigo Garnal .—Susurra con la mandíbula tensa.
—No, tú no te metas conmigo Melcion, sabes muy bien que con el chasquido de mis dedos puedo hundirte .—Nadie habla, todos los presentes están tensos.
Nadie se mete conmigo o con alguien cercano a mí y sale ileso.
—Sabes que es así .—Él asiente, levanto mi mano palmeando su mejilla —Buen chico.—digo con una sonrisa maliciosa, me separó de él dando un paso atrás —¿Bianca qué querés hacer? —La volteo a ver y ella solo me dirige una sonrisa.
—Nos debes una —Se acerca a él —Una muy grande, Scotti .—Levanta su pierna dándole dónde la luz no se asoma.
—Nadie habla de lo que pasó aquí .—Miro a mi alrededor observando cómo todos y cada uno de los chicos asienten.
Salgo de allí con paso tranquilo, caminando con tranquilidad y ganándome algunas miradas.
—Joder, tengo que felicitar a tu hermano la próxima vez que lo vea .—Bianca toca su pecho—Estuviste, madre mía .—Me abraza.
—Es bueno que tú queridísimo hermano haya creado un nombre en este lugar, además .-La miro -Nadie se mete conmigo o alguna amiga mía y sale ileso—Ella asiente.
—Eso lo sé, ¿Cómo terminó Mindy? .—Hace una mueca de inocencia -Calva -
—Yo no la mandé a mandar aquellas fotos de Rachel al grupo de la escuela, mucho menos la mandé a tomarlas sin su consentimiento —
—¿Cómo está? —
—Está bien, está yendo al psicólogo para poder superar todo lo que pasó, le sienta bien un cambio de aires —
—Si, debía alejarse de todas estas personas.—Ambos nos adentramos en la cafetería ganándonos las miradas de todos los presentes —¿Aún sigue enamorada de tu hermano? —Hago una mueca que disimulo.
—No lo sé, lo último que hable con ella fue que estaba bien allá, no le pregunté nada sobre mi hermano —
Ambas nos sentamos después de tomar nuestro almuerzo.
—No te hubiera gustado que ella hubiera tenido algo con Caleb, ¿Verdad? —
—No es eso .-Remuevo mi comida -Es solo que conozco a mi hermano, solo no quería que ella saliera lastimada .—Miento descaradamente.
Mi hermano jamás lastimaría a una chica, no jugaría con ella.
¿Y él con Rachel? Lo dudo, Caleb, siempre la vio como la amiga de su hermana pequeña.
De su hermana.
Hago una mueca volviendo mi atención a él delicioso plato que tengo enfrente.
—¿Saldremos hoy? —
—No lo se, tengo muchos exámenes está.—Bia, me hace pucheros—Está bien, saldremos hoy, Caleb no está así que no tendremos tantos problemas con eso.—Brinca a mi lado sonriendo grandemente.
—Hoy follaremos como no tienes idea.—Susurra sacándome una sonrisa.
°°°
Termino de colocarme un poco de labial en mis labios, para luego salir de mi habitación, unos sonidos de algunos pasos me alertan y la voz de Caleb me deja petrificada en el sitio.
Bajo la vista a mi ropa maldiciendo en voz baja, si me ve así colocará millones de peros para poder dejarme salir.
No le haré caso, pero la charla será extensa.
Un vestido ceñido a mi cuerpo color n***o de toran finas, unas tacones griegos color oro, mi cabello n***o suelto.
—Maldita sea, él me dijo que no llegaría hoy.—Susurro para mí.
Con cuidado de no ser descubierta camino con cuidado por el pasillo hasta llegar al inicio de las escaleras, me asomo solo un poco viendo como mi hermano le sonríe a una pelirroja con muy poca ropa.
Se acerca a ella atrayéndola a su cuerpo besándola de una manera que me deja hipnotizada, parpadeo varias veces cuando la aprieta a él.
—¿Aurora estás aquí? .—Habla alto después de alejarse de aquella mujer, al ver que no respondo, la levanta como una auténtica muñequita de trapo.
Muerdo mis labios con fuerza escuchando el gruñido proveniente de Caleb, mandándome una corriente por todo mi cuerpo directo a mi zona íntima.
Tragó con fuerza deseando poder dejar de observar aquella escena que mi hermano me brinda, más no puedo.
Las manos expertas de Caleb, viajan por todo el cuerpo de aquella chica haciéndome sentir celosa.
Mi respiración se acelera.
—¿Qué estoy haciendo? ¿Estoy diciendo?—Bajó con cuidado las escaleras con el corazón a mil, me escondo detrás de los muebles para poder salir por la puerta trasera, pero quedó helada en mi puesto.
¿Eso es?
Mi respiración se vuelve un caos, siento como mi parte íntima poco a poco se va mojando mucho más.
Libero un pequeño jadeo cuando observó como Caleb empala a aquella mujer de una manera ruda.
Bajo la vista al suelo saliendo de allí como alma que lleva al diablo, caminó con paso decidido por todo el contorno de la casa hasta llegar al frente de ella, aprieto mis manos con fuerza, conteniendo las ganas de ir allí e interrumpir esa escena.
Un deseo pecaminoso surca mi cuerpo.
Quiero ser yo.
Freno de golpe, cuando ese pensamiento llega a mi mente.
No, es mi hermano.
No puedo desear a mi hermano, es un pecado, no es normal, es insano.
—¿Señorita Garnol, se encuentra bien?—Levantó la vista encontrándome con dos perlas marrones, fuerza una sonrisa.
—Si, señor Pérez, estoy muy bien .—Paso por su lado —Mi hermano llegó, ¿Puedes por favor cubrirme? Ya sabes cómo se vuelve—Él me regala una sonrisa asintiendo.
—Que sea la última, señorita, no quiero meterme en problemas con su hermano si se da cuenta .—Él me abre la puerta permitiendome salir —Borrare las cintas —
—Gracias .—Le doy un beso en la mejilla.
—Aurora .—Volteo encontrándome a mi amiga moviendo las manos como loca.
Me acerco a ella con paso decidido queriendo alejarme lo más posible de allí.
—¿Estás bien? —Es lo primero que me dice cuando me encuentro sentada en el asiento del copiloto.
—Perfectamente —
Busco en su bolso un espejo observando como mis mejillas están completamente sonrojadas.
Ella asiente un poco desconfiada.
—Solo vámonos, quiero emborracharme hasta decir basta —
—Vale, no estás bien, odias el alcohol, así que habla .—Niego.
—Tal vez cuando esté fuera de mis cinco sentidos de lo diga —
—Otro, sírvame otro .—Le digo al chico que me trae las bebidas esté asiente.
De un solo trago me bebo lo que sea que Bianca pidió sintiendo el ardor en mi garganta.
Ella a mi lado le sonríe a un chico que no sé de dónde salió mientras que yo solo le concentró en beber.
Las imágenes de Caleb, follandose a aquella mujer no me dejan, aprieto los labios.
—Aquí tiene señorita —
Bebo el contenido levantándome de allí.
—¿Para dónde vas? —Bianca,dice fuerte debido a la música fuerte.
—Voy al baño, ya vuelvo .—Obligo a mi cuerpo a caminar sintiendo como todo me da vueltas.
Una manos envuelven mi cintura obligándome a detenerme.
—Si no me sueltas ahora mismo te arrepentirás.—Me doy la vuelta.
—Vale, no tienes que amenazarme, princesa.—Ruedo los ojos con fastidio.
Me doy la vuelta siguiendo mi camino, siendo interceptada de nuevo.
—¿Qué quieres, Antonio? —
—Estás muy estresada, si quieres te puedo ayudar .—Me atrae a su cuerpo besando mi cuello.
Restriego mi cuerpo con su erección sintiendo cómo poco a poco se va agrandando más.
Pero no lo suficiente como aquella que ví.
Tragó con fuerza, me aparto de golpe trayéndolo a mi.
—Ayúdame .—Susurró besando su cuello.
A tropezones caminamos hasta los baños, metiéndonos en un cubículo.
Bajo mis manos por todo su cuerpo sintiendo como su respiración se va acelerando.
Necesito más.
Mucho más.
Unos de sus dedos se introduce en mi interior después de haber echado a un lado mis bragas, gimo apretando mis manos en sus hombros.
Bajo sus pantalones sacando un condón el proceso, con rapidez se lo colocó para luego hundirse en mi.
Lleva sus labios por todo mi cuello mientras se mueve saliendo y entrando.
—No me beses .—Susurro un poco ida.
Baja las tiras de mi vestido para atender mi senos mordiendo y chupando a su antojo.
Empiezo a dar círculos sintiendo como aprieta mis caderas con fuerza.
—Si, así .—Aprieto mis manos cuando Antonio se encuentra conmigo.
—Aurora .—Gime con fuerza.
—Mmm .—Arqueo la espalda.
Se levanta conmigo pegando mi cuerpo a la puerta del baño, sintiendo todo mucho más intenso.
Sale y entra tan fuerte haciéndome delirar, me muevo encontrándolo cuando entra en mí.
Una imágen, una sola imagen hace que mi mente y cuerpo vuelen.
Siento como el de tensa corriendo en el condón, mi mente empieza a volar imaginando que no es Antonio sino Caleb él que se encuentra dentro de mi dándome mucho placer.
Aprieto con fuerza mis piernas a su alrededor sintiendo mi orgasmo llegar.
—Aurora .—Gime con fuerza corriendose, abro los ojos de golpe viniendose todo abajo.
El que está conmigo no es Caleb, mi hermano, es Antonio.
La bruma desaparece de golpe, mi orgasmo nunca llega, así que lo único que me toca hacer es gemir.
Él salió dentro de mi botando el condón a la basura, arreglo mi vestimenta saliendo de allí.
—Eso fue magnífico .—Deja un beso en mi cuello.
Fuerzo una maldita sonrisa asintiendo.
El sale del baño dejándome sola allí, pego mi frente al lavado sintiendo el frío.
—Soy un asco .—Murmuró sintiéndome la peor persona.
¿Imaginarme a mi hermano? Soy de lo peor, de pronto todo desaparece, el alcohol de mi sistema se va dejándome destrozada por todo.
Levanto mi rostro acomodando mi cabello, mojo mi rostro saliendo de allí con una maldita frustración.
—Hoy me quedo en tu casa —Bianca, con los labios rojos asiente para luego seguir comiéndose a ese morenazo.
—Traeme un tequila .—Él chico asiente desapareciendo de allí.
Soy una enferma.