Capítulo 14: Esto lo cambia todo.

2143 Words
Aurora Garnol. Lo detallo, se ve tan sexy en ese traje hecho a su medida, bajo la vista a su corbata y los sucesos de la noche me hace morder los labios con una pequeña sonrisa, se que estuve mal, lo sé muy bien, besarlo está mal, pero estaba enferma y un poco drogado debido a esos jodidos analgésicos y ese olor tan dulce que había en mi habitación. Debía aprovechar aunque solo fueran un toque me hizo delirar toda la noche o bueno en mis sueños. —¿Necesitas algo, Aurora? —Se cruza de brazos, asiento. —Si .—A ti —Quería saber que te traes con la víbora —Me cruzo de brazos con molestia, verla aquí y ver lo que me envió en la madrugada me da un sabor amargo. ¿Esa mujer no se cansa? Ya me tiene cansada con sus mensajes, los ignoró, algunos, pero es que la curiosidad me mata. —¿Por qué lo preguntas? —Baja la vista a sus papeles. —¿Te vas a comer eso? —Apuntó a la bandeja que se encuentra en la mesa. —No .—Me acerco tomándola entre mis manos, caminó con paso decidido hasta colocarme a su lado _¿Qué haces? — —Tienes que desayunar, el desayuno es la comida más importante de todo el día, nos mantiene activos .—Retiro los papeles con cuidado disfrutando un poco de su cercanía y de su delicioso olor —Anda come, mientras yo estaré leyendo esto.—Miro las hojas, concentrada. Un nuevo producto, nada mal. Sigo leyendo y hago una mueca cuando leo el nombre de Gaviota como modelo principal. —En serio ella está metida hasta en la sopa— —¿Quien? — —Tu amiguita— Lo miró dejando los papeles en la mesa suspirando. Solo si él supiera un poco más la clase de mujer que es ella no la tuviera a su lado. —Ella es buena y debemos tener lo mejor de lo mejor — —Conozco modelos mejores que ella, pero tristemente si ellas llegan aquí, Gaviota les hará la vida imposible hasta que se vayan así que mejor las dejo quietas dónde están— —¿Por qué preguntaste si tengo algo con ella?— —No pregunté eso — —Pero lo insinuaste — —Touche .—Me acerco a la mesa colocando mi cara encima de mi mano —Es que ella está siempre rondando, además esos mensajes — —¿Qué mensajes? —Su rostro se llena de furia. —Ningunos .—Le doy una sonrisa que él no devuelve. —¿Qué mensajes, Aurora Garnol? —Ya que, mejor que los vea. Que arda el mundo, pero yo no con él. Saco mi teléfono desbloqueado entregandoselo, Caleb baja por todo el chat y sus ojos se achican, la vena de su frente sobresale. —Oye, relájate te puede dar algo .—Me entrega mi teléfono, sus manos echas puños. —Esas fotos son viejas, ni sabía que ella las tomó .—Me dice, tomando su teléfono —No he estado con ella en un buen tiempo .—Solo me encojo de hombros. —Lo que hagas y dejes de hacer me importa poco, solo no quiero a esa mujer cerca mío.—Y de algo que es mío, Caleb me mira y sonríe un poco. —Claro .—Lo miró con las cejas fruncidas. —Estoy diciendo en serio, si te la quieres follar anda hazlo, pero ponle límites y que no se meta conmigo .—Esas palabras me han costado mucho, Caleb se levanta sin perder su vista de la mía, se acerca a mi de una forma que hace que mi respiración se tranque. ¿Cómo se respira? Sus ojos celestes me hipnotizan, me acorrala bajando su cara cerca de la mía, su mano se dirige a mi cuello dónde lo aprieta un poco. Solo un movimiento más y puedo besarlo, solo un poco y seré capaz de sentir sus labios juntos a los míos. Nos vemos a los ojos, su agarre se intensifica sin llegar a lastimarme, sus pupilas se dilatan, mi respiración es un caos, muerdo mi labios inferior, veo como traga con fuerza y su manzana de adán se mueve de forma que me dan ganas de morderla, humedezco mis labios y su vista baja, nos acercamos más, nuestras respiraciones se mezclan. Mi mano por inercia va hacia su cuello, nuestras narices se rozan. Un toque en la puerta nos hace volver a la realidad de golpe, ambos nos vemos a los ojos con nuestras respiraciones hechas un caos, me levanto de golpe alejándome lo más que puedo de cuerpo. —Adelante .—Su voz sale más gruesa, bajó la vista por su cuerpo tragando con fuerza. —Adelante .—Camina hasta su silla sentándose, me mira con intensidad, veo como mueve su mano hacía abajo, trago con fuerza y apartó la mirada cuando la señora María entra por la puerta. —Joven Aurora .—Viene hacia donde estoy para darme un abrazo. —Hola señora María .—Ella deja un beso en mi mejilla, para soltarme y caminar hasta donde Caleb, dejándole más papeles. —Aquí están la información de las otras modelos que me pediste joven Caleb — —¿Otras modelos? —Caleb, me regala una sonrisa. —Ella aparece hasta en la sopa .—Me guiña. —Con su permiso — —Yo me voy contigo — —Creí que te quedarías más tiempo .—Habla sin levantar la vista de sus papeles. —Tengo algo que hacer .—Camino rápido hasta donde él dejando un beso en su mejilla, salgo de allí con rapidez sintiendo su intensa mirada en mí. Me despido de la señora María, saliendo de la empresa sintiendo que alguien me mira, miro hacia ambos lados hasta mirar hacia arriba, observando como Caleb me está observando. Tragó con fuerza regalándole una sonrisa y despidiéndome con la mano. Camino a paso rápido hasta doblar la esquina, suelto un largo suspiro acercándome a mi moto, me coloco la chaqueta metiendo mi cabello debajo de éste, para luego colocarme el casco. El sonido del motor hace que mi cuerpo vibre. Salgo de allí pitando, sin importarme nada, al pasar por los autos estos me pitan, pero no los ignoro. Se que le dije que hiciera como si nunca nos hubiéramos besado, pero ¿Por qué me siento ofendida de que verdaderamente lo hiciera? Me detengo en un semáforo, hasta que un audi r8 rojo se posiciona a mi lado, hace sonar su motor, lo volteo a ver, haciendo sonar el motor de mi moto. Bajo a la vista de su auto y una chica con su cabeza rapada me sonríe. —¿Apuestas? —Aceleró la moto —Si gano, tienes que salir con un amigo .—Me río y asiento —¿Y si tú ganas? — —Si yo gano, me das ese lindo collar que tienes .—Habló duro y la chica asiente. —Hasta el siguiente semáforo .—Bajo el visor del casco y muevo mi mano de forma afirmativa. Aceleró la moto, y cuando el semáforo cambia, aceleró sintiendo la adrenalina correr por mis venas. Siento como el viento choca con mi vestido, a lo lejos miro la meta. Si ella cree que ganará está equivocada, aceleró más pasándola, mi corazón late deprisa, por mis venas la adrenalina corre, mi sangre bombea con fuerza, desaceleró solo un poco al estar cerca miro por el espejo retrovisor y sonrió con arrogancia, levanto la moto cuando llegó al semáforo. Estiró mi mano cuando la chica llegó a mi lado. —Buena carrera, lastima él quería salir contigo.—Baja por completo el vidrio mostrándome a su amigo. Un chico con anteojos y cabello rubio me sonríe sin mirarme. —Saluda, Ecsel ¿O te comió la lengua el ratón? Se que está buena, pero amigo deja los nervios.— —Deja de ser payasa Rick, soy Ecsel.—Asiento hacia él, me sacó el casco. —Un gusto Ecsel soy Aurora — —Un gusto Aurora soy Ricky — —Un gusto a ambos .—Les doy una sonrisa, para luego colocarme el casco —Creo que debo irme ya .—Cuando el semáforo pasa a verde, aceleró escuchando el claxon, hago lo mismo perdiéndome en las calles. Hago una leve mueca cuando el dolor vuelve, elevó mi mano sin perder la vista de la carretera y la vende se encuentra llena de sangre, suelto un suspiro cambio de velocidad, doble a la derecha para ir hacia la casa, al estar en el portón él señor me para y le sonrió. —Buenas tardes — —¿Señorita Aurora? — —Esa misma .—Elevo el visor del casco. —El joven Caleb cuando se entere se pondrá como loco .—Estoy por decir algo, pero alguien se me adelanta. —¿Por qué debería ponerme como loco?—Mi cuerpo se tensa y tragó con fuerza —¿Ya vas a entrar o no Aurora?—Aplasto mis labios y asiento encendiendo la moto. —Señorita, la joven Bianca le dejó esto .—Miro el sobre con curiosidad. ¿Qué te traes entre manos, Bia? —Gracias — Lo tomo colocándolo adentrándome con cuidado en la propiedad, sintiendo la intensidad de la mirada de) ojos celestes.  Me cruzo de brazos esperando que él diga algo, más solo se dedica a mirar el sobre que tengo entre mis manos. —¿Vas a hablar? —Él niega y saca de maletín un sobre igual al mío. —Tú amiga también me dió uno .—Lo deja en la mesa para luego verme con mucha intensidad, trago con fuerza cuando su mirada recae en mi mano, niega tomando el puente de su nariz. Se levanta caminando hacia el estante que se encuentra debajo de las escaleras, toma un botiquín de primeros auxilios y se acerca a mí. Desde la muerte de nuestros padres hemos mantenido estos por todos lados, ya que una semana después tuvimos un accidente en casa y casi muero por no tener algo con que detener la sangre. El timbre de mi teléfono me hace quitar la vista de él y centrarla en el aparato que no para de sonar. —¿Hola? —Frunzo mis cejas al no escuchar nada por la línea —¿Hola? —Aplasto mis labios cuando escucho la respiración de alguien —Si no piensas hablas colgaré — —No se dejen llevar por todo, los sucios secretos de las personas amadas son los que más duelen .—Un escalofríos recorre mi cuerpo. —¿Quién eres? —Caleb, me mira para acercarse con rapidez. —¿Quién eres? —Caleb, dice su rostro se torna serio —Habla ahora —Algo le dice que su rostro se torna blanco —¿De qué hablas? ¿Qué secretos? ¿Qué quieres maldición? —Le arrebató mi teléfono colocándolo en el altavoz. —No te desesperes Caleb, poco a poco sabrán la verdad detrás de todo, estoy cerca de ustedes, mirando cada paso que dan, estaremos en contacto .—Miro el teléfono cuando la persona cuelga, Caleb me mira con su cara llena de irá. —¿Quién era ese maldito?—-Me mira con su rostro lleno de irá. —No lo sé .—Pongo mis palmas en su pecho, él toma una respiración profunda—No sé quién es, tal vez sea alguien que nos está tomando el pelo .—Intento tranquilizarlo. —No lo creo, me dijo que habían cosas de nuestros padres que no sabíamos .—Toma mis mejillas dejando un beso en mi frente, cierra sus ojos aún con sus labios allí, al separarse me sonrió gentilmente haciendo que mi corazón se derrita. —¿Está mejor? —Él asiente, se separa caminando hasta tomar entre sus manos el sobre. Lo miró mirando con curiosidad, lo abro tomando en mis manos varios papeles. Al tomar uno pequeño me río al ver la letra pulcra de mi mejor amiga. Frunzo las cejas y levanta la vista mirando a Caleb que queda frío con las hojas en sus manos. —¿Qué sucede? Pareces que has visto un fantasma .—Él no sonríe, no me mira, su mirada está fija en las hojas, tomo la nota y la paso hacia un lado. ¿Qué rayos es esto? Prueba de ADN. Suelto un jadeo. Mi respiración se tranca me siento de golpe en el sillón, mi cuerpo se calienta y lágrimas ruedan por mis mejillas empapandolas.
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