Dinora nerviosa se mordía las uñas, esperaba que David vendiera a buen precio su pintura. Su teléfono sonó. “Hola, Alonso… Si, es la pintura de David… sí, ¿Qué? Tus amigos están a la espera de la subasta…” Ella conversaba con su novio. Marina también estaba algo inquieta y nerviosa, Carlos apretó su mano regalándole una sonrisa para tranquilizarla. Ella sonrió y se recargó en su pecho respirando profundo. La puja empezaba a las ocho de la noche y en la página, las visitas para ver la pintura, junto con su descripción estaba subiendo rápidamente. Dinora no podía creerlo. Actualizaba la página cada minuto y el número subía. "¡Es increíble!". …………………… En USA…… Erick terminaba todos sus pendientes en la oficina, se había refugiado en el trabajo para no volverse loco con todo lo que pas