El hombre se levantó pidiendo a sus hombres que salieran haciéndoles una señal con la cabeza. Camino alrededor de la habitación mirando a la chica que estaba de pie en medio del lugar. Después de unos segundos habló. “Te dije que te alejaras”. Ella nunca bajó la mirada, no iba a dejar que la asustara. “Yo no puedo hacerlo”. El hombre sonrió. “¿Cuánto dinero quieres?”. Marina abrió muchos sus ojos. “Yo no quiero dinero… Yo amo a Daniel”. El señor Raúl repitió lo último que ella dijo. “Daniel…” Él sonrió. “Se todo lo que pasó entre ustedes hace tres años, mi hijo no estaba preparado para ser mi sucesor, se sentía presionado y decidió irse por un tiempo, yo se lo permití…” Ella escuchaba al hombre frente a ella. El señor Raúl regresó a su asiento. “Mi hijo ha vuelto y la vida que llev