Por la mañana recibí un mensaje de Bastián para ir a una dirección, pasé por un café y pastelillos a una cafetería en el camino antes de llegar a la dirección que me indicó, era un edificio de varios niveles, al entrar me pidieron mis datos en la entrada, el lugar tenía un piso de pulido, una mesa impecable, la seguridad era eficiente, buena iluminación y hasta plantas, no creí que vivieran en un lugar así, subí el ascensor hasta el piso que me indicaron, al llegar un hombre de traje ne.gro me abrió.
–Buenos días –saludé –. Soy Morgan Henderson.
–Sé quién es, pasé adelante.
–Gracias –titubeé.
–Doctora –el pequeño niño corrió a abrazarme.
–Hola Pierre, ¿còmo estás?
–Bien –suspiró –. Gracias.
–Pierre, te he dicho que no debes correr de esa forma –le advirtió Giselle que venía a
