Adam… –Parece que tienes un don para alejar todas las personas, mamá –mencioné al ver como Morgan se alejó, me levanté para ir tras ella, pero Gerald me detuvo. –Yo iré a ver, quédate con ellos. Él no los conocía, pero por lo que le había contado podía imaginarse el nivel de hostigamiento de mi madre y no convenía dejarla sola. –¿Y quién es él? –dudó mi madre –. Algún pariente que no conozco. –Es Gerald, mi amigo y abogado –mencioné. –Tus amigos, no conozco a ninguno, nunca me dejas entrar en tu vida. –Tomando en cuenta que estamos en París supongo que es difícil que lo conocieras, pero conoces a todos en Estados Unidos. Obviamente esas personas no eran mis amigos, muchos eran socios o personas importantes con quienes mantener una amistad para mi trabajo, pero era mejor no