Adam… –Que hermoso día no te parece –mencioné tomando mi café. –Deja de acos.tarte con Morgan. Miré de mala a Gerald, pasé a la cafetería donde siempre nos reunimos, pero hoy está más fastidioso que otros días. –Es mi esposa, Gerald –le recordé. Y tiene un cuerpo increíble, me encanta meterme entre sus tetas. –Por un acuerdo –aclaró –. Ella quiere que la ayudemos a recuperar su dinero y te ayuda a quedarte con Audry, aunque no lo pensamos bien desde el principio, Audry puede encariñarse con Morgan y luego qué pasará cuando ella ya no esté. –Hablas como si fuera a morirse. –Lo digo en serio, Adam, tienes que empezar a prevenir las cosas. –Y tú tienes que empezar a ser más relajado y disfrutar el día, ¿cómo vas con lo del bufete? Pasas mucho tiempo ahí, ya deberías delegar