–Sylvie –me acerqué a hablarle –. ¿Es cierto que Gerald es tu hermano? –Ya te dije que si, pero es un aburrido y no lo vamos a llamar. Probablemente el alcohol está matando mis neuronas. –Cherri, preciosa de mi vida… –Ya vete a otro lado –expresó Sylvie alejando a Bastián –. Aún no estoy tan ebria. Creo que después de un tiempo Giselle llamó a su hermano y se vino rapidísimo al saber que había una fiesta, ahora parece que está enamorado de Sylvie porque se la pasa atrás de ella. –Yo te invitó a los tragos que quieras, compraré este lugar –levantó los brazos. –Exagerado –bufó Sylvie, luego miró su vaso –. Creo que ya es suficiente, lo empezo a ver guapo. –Es que es guapo –confesé. Tal vez el licor eliminaba el filtro que había entre mi mente y mi boca. –Si, pero es un id