Entre al bar y veo a Carolina en una de las mesas del fondo. –¿Hace mucho estas acá? –No, unos cinco minutos nada más Asiento y me siento al frente de ella. –¿De que querías hablar? –Es sobre Lorenzo, ayer volvió tarde a su casa. –¿Y? –Estoy segura que estuvo con esa mujer, quise seducirlo pero no sirvió de nada, está enamorado. La miró sin decir nada, no puede enamorarse. –¿El te lo dijo? Ella asiente y tragó saliva. –Tenemos que hacer algo. –Mi hijo no me habla de eso, ojala pudiera sacar el tema. –¿No hablo con vos? – Sorprendida. –No me dijo nada, con eso está muy distante. – Serio. Ella se queda pensativa y hace mala cara. –Ni siquiera la conozco y me cae mal. –Yo solo espero que mi hijo recapacite. –¿No te gusta tenerla de nuera? –Me parece insoportable. Se