Josefo mira aterrizar el jet privado y acomoda su corbata. Con paso rápido se acerca a la puerta por donde ingresa su jefe. —Buenas tardes, jefe— dice el hombre que camina rápido al lado de Daniel— le tengo los documentos listos. —Revisaste las compras de pienso— le pregunto. —Sí señor, todas las toneladas que me pidió— el asistente mira su agenda.— ¿Siempre te va a ver con los otros inversionistas? Daniel viste un traje de tres piezas azul oscuro que resalta su tez trigueña. Sus andares elegante lo hacen sobre salir entre los demás hombres robando las miradas femeninas que ahora no son importantes para él. Josefo frunce el ceño al percatase de ese detalle. Él siempre está coqueteando con cualquier chica que lo mira y por último terminarcon un revolcón. Ahora no lo hace. —Jefe