—¿Por qué jamás quisiste que nadie supiera que éramos primos? —me atreví a preguntar por fin, esperando una negación o un brusco cambio de tema por parte de él, como toda posible respuesta. Pero por primera vez, Ethan me miró a los ojos, casi dispuesto a decir la verdad y fue de forma tan intensa, que me obligó a apartar la mirada. —Pues yo… —comenzó, buscando las palabras, entonces suspiró—. Creí que… tendrías más amigos o la pasarías mejor sin la presión de ser mi prima… —eso me sorprendió, y mucho. Él volvió a meditarlo durante un par de segundos, con la intención de explicarme mejor de lo que hablaba—. A pesar de no ser una escuela privada, aquí la exigencia aumenta debido a tu familia… —continuó él, con seriedad y algo de tristeza—, y el mío es muy pesado, prima. Tú debes saber eso