Es de noche y llueve con fuerza mientras estoy en la habitación de mi madre al lado de su cama. Es esta la habitación en la que he estado por los últimos meses todas las noches intentando aprender más de ella y disfrutar de su compañía. Hoy creo que esta llegando a su fin.
Mi madre, Zoe Clem. La mujer conocida por todos como la exitosa presidenta de TeSoIn, la increíble mujer que eliminó conductas machistas en la empresa, para hacerla la mejor empresa con un excelente clima laboral tanto para mujeres como para hombres. Quien es la jefa suprema de la mafia y el engendro del mal conocida en el bajo mundo, ahora está en una cama conectada a máquinas que la ayudan a respirar para poder prolongar un poco más su vida. Pero estas que han ayudado a vivir un poco más, no pueden evitar lo inevitable; su muerte.
Desde pequeña, siempre vi como mi madre luchaba no sólo con las riendas de ser jefa suprema de la mafia, sino, modificar conductas y clima laboral en las empresas que posee. Ella, quien ha recibido un trasplante de corazón, un riñón y tratamiento de por vida en los pulmones, ha sido capaz de luchar por lo que tiene y doblegar o matar quien intente dañarnos. Esa mujer que según los médicos moriría cuando yo tenía tres años, es esa misma mujer quien hoy, teniendo yo veinte años, sigue con vida.
Mi madre, la mujer que ha tenido muchas batallas internas y externas debido a los daños de otros, y quien hoy continúa luchando para no irse de este mundo, esta agonizando por su deficiente salud.
Mis lágrimas corren por como se encuentra. Ella, ni siquiera estando en sus peores crisis se veía tan pálida y débil como ahora se ve.
Alguien toca mi hombre y yo me seco las lágrimas rápidamente.
Mi tío y padrino, Pancras Paraskevopoulou se sienta a mi lado observando a mi madre sedada.
— Debes ser fuerte. A ella no le gustaría verte así y lo sabes — me dice en voz baja.
Es cierto. Mi madre era dura conmigo en toda mi crianza, me obligó a aprender, francés, mandarín, ruso e italiano. Sin mencionar que me hizo aprender krav maga y y Kickboxing, durante toda mi vida, y ello fue difícil debido a la salud deteriorada que comparto con mi madre. Sí, además de los duros entrenamientos y aprendizajes en mi vida que impedían que yo tuviera un momento de descanso donde no aprendiera un nuevo idioma o practicara defensa personal. Ya que, si no estaba haciendo una de ellas, me encontraba en una clínica recibiendo mi tratamiento o alguna operación que decía mejorar mi salud el resto de mi vida, cuando realmente solo lo hacía por tres minutos. En mis escasos cinco años de vida, ya había tenido tres intervenciones quirúrgicas que no han ayudado mucho en mejorar mi salud. Ya que, mis pulmones e hígado siguen molestando para funcionar. He recibido múltiples tratamientos médicos que he tenido que adecuar para mis diversas actividades y limitaciones, todo con el fin de satisfacer las exigencias de mi madre.
Ella, quien ha sido mi madre y padre, pasó toda la vida buscando algo que me ayudara a prolongar mi vida y prepararme para las exigencias de la misma, pero se le olvido enseñarme a vivir sin ella. De ella no escuche un te amo, pero si vi cuanto me amaba porque luchaba porque yo tuviera sanación y no viviera todo lo que ella vivió. “No quiero que sufras todo lo que to sufrí, mi pequeña Hash” era lo que siempre me decía cada vez que quería darme por vencida. Ahora, que es ella quien se está dando por vencida, no sé qué hacer y como seguiré mi vida sin su orientación.
Nosotras no estuvimos siempre juntas, ya que, ella tenía muchas obligaciones que impedían que pasara tiempo conmigo, pero él poco que teníamos juntas, lo pasábamos en la mansión del tío Damián o en el pequeño y acogedor paraíso en Vietnam del tío Au. Cada hazaña que ellos hicieron por nosotros y los errores que cometieron, fueron mis cuentos antes de dormir. Las descripciones de cómo ellos eran mientras me entregaba una foto, eran mi historia favorita después de la merienda. Por lo que, en el tiempo que pasaba con ella, aprendía tanto de los que se fueron, como lo que ella sufrió para darme todo lo que ahora poseo. Y ello, es la muestra de amor más grande que alguien puede pedir. Ella no fue amorosa diciendo a cada momento “te amo" y nunca la vi llorando por muy difícil que fuera la situación en la que nos encontrábamos, pero sabía qué le dolía cada vez que estaba mal y me amaba más allá de darme todo lo material. Es por ello que ahora, verla mal sin poder ayudarla como ella lo hacía conmigo, me resulta muy difícil.
Ahora, realmente quisiera decir que estoy agradecida porque Dios me ha permitido tenerla todo este tiempo, pero como persona egoísta, lo que le digo a Él no son palabras de agradecimiento, sino de suplica porque la deje un rato más conmigo.
— Ella no morirá ¿Cierto? — le pregunto a mi padrino.
Mi padrino sonríe con dolor.
— Los médicos dicen que debido a su condición, nada segundo que pasa con nosotros debe ser aprovechado al máximo. Es por ello, que debemos enfocarnos en aprovechar el tiempo con ella y no en pensar cuando morirá.
Ahogo un gemido de dolor.
— Los médicos dijeron que moriría hace más de diez años. Ya que los trasplantes que recibió solo le prolongarían su vida por cinco años si la droga lo permitía. Pero ella ha vivido más de diez años más de los que le dijeron. Eso quiere decir que puede vivir diez años más — digo aferrada a esa esperanza.
Mi padrino niega lentamente.
— Ya Dios fue bastante bueno con nosotros al tenerla más tiempo. Así que, no seas tan codiciosa.
— ¿Cómo no puedo serlo cuando aún la necesito conmigo? ¡Yo no estoy preparada para asumir todo lo que ella me ha dejado! — me dejo llevar por mis emociones y causó siempre ella se mueva un poco, por lo que poco a poco controlo las mismas h susurro — Yo no soy tan fuerte como ella. Yo no podré soportar la muerte de mi único padre y seguir adelante.
— Yo tampoco pensé que podría hacerlo cuando quede sin familia. Pensé muchas veces que no conseguiría seguir adelante, pero tu tío Damián y tu tía Phía, me demostraron que podría eso y más. Fue gracias a la ayuda de ellos, tu padre y tus demás tíos que podré ser quien fui. Así que, no te cierres en el dolor y limites tu mente en no poder cuando cuentas con una familia que te ama y respalda —responde mi madre.
— Mamá…— susurro.
— No maximices el dolor que tendrás y dejes que él te gobierne o no lograrás salir adelante. No intentes ser yo, porque solo te dañaras más. Así que, mejor piensa en siendo tú ¿Cómo afrontaras todo poco a poco? No seas débil y no confíes en Luke porque él no es el hombre bueno que crees que es.
A mi madre nunca le ha agradado Luke. Ella quiere mucho a los gemelos Adley y Adlay, e incluso aprecia a su padre y su madrasta fallecida, pero a Luke no le agrada. Para ella él es la mancha de la familia y la basura de legado que dos personas inteligentes y buenas trajeron mundo. Pero yo no pienso así. Él al ser de mi edad y sus hermanos ser tan cercanos a madre, ha crecido conmigo y ha sido la persona que es mi confidente y desde hace cinco años, mi primer y único amor. Mi madre se ha dado cuenta de mis sentimientos hacia él y es por ello que no acepta que venga a esta casa desde hace más de dos años. Pero ello, no ha sido suficiente para que mi amor por él haya desaparecido.
— Prométeme que no intentaras tener una relación con él o él será tu infierno personal.
— Mamá. No seas así. Él no es quien crees que eres. Él siempre ha estado para mí y no busca aprovecharse de lo que poseemos.
Mi madre sonríe mientras niega.
— Eres muy ciega y eso te causará mucho dolor. Ya que, en la vida, para poder salir victoriosa de personas maliciosas como Luke, tendrás que ser inteligente, tener visión de lo que puede pasar y cuanto daño le permitirás que te cause. Hash, debes ser inteligente o sufrirás mucho más que yo. Porque, enamorarse de alguien tan cruel como él no sólo te dejará sin algo material, sino que te matara por dentro y no sé si tengas el valor de seguir adelante ante un golpe tan fuerte.
Su voz suena apagada, sus labios están resecos y rotos por la fiebre que le ha dado los últimos días. La pesadez, se siente en el lugar y el humor está cien centígrados bajo cero ante la frialdad con la que mi madre habla hacia Luke.
— Bueno, deja de pensar en problemas que no van a pasar y concéntrate en verte radiante cuando camines hacia la luz, porque si Clem te ve tan terrible como estas ahora, vendrá a matarme por no haberte cuidado — se queja mi padrino mostrando claramente que debemos cambiar de tema o será una disputa sin salidas.
Mi madre ríe y responde
— Le diré que me trataste muy mal, e incluso le pediré que te haga sufrir y me lleve a ver tu sufrimiento para divertirme un poco después de estar muerta.
Mi padrino niega y se queja ofendido.
— Incluso estando tan enferma no dejas de ser cruel.
— Un engendro no descansa de su maldad, aún estando enferma.
Las burlas de ellos continúan, haciendo que los vea como siempre los veía de pequeña. Su amistad siempre se presto para burlarse y molestarse de sí mismos, por lo que es más que normal su actitud ahora. Ya que, aún teniendo mi padrino un disparo de escopeta en la mano, seguían burlándose de sus propias desgracias, justo como lo hacen ahora.
Mi padrino después de tanto burlarse toma la mano de mi madre y la acaricia. Las manillas que los tres compartimos junto con mi padrino Au, se ven tan desgastadas y remendadas pero el amor con que lo portamos no se ha desgastado y con él amor que nos miramos dudo que en algún momento se pierda.
— Soy consciente que nadie aquí quiere que te marches, pero me genera tranquilidad que estado aquí o en el cielo, tendrás personas a tu alrededor que te aman y te acompañaran.
— ¿De que cielo me hablas? Si piensas que Clem, Au y yo al morir vamos al cielo, sin duda, eres bastante ingenuo. Nosotros no fuimos santos y no nos arrepentimos del dolor que causamos a quienes lo merecían. Por lo que, si algo es seguro, nosotros no vamos al cielo sino, al mismísimo infierno y allá nos reuniremos con nuestros enemigos para continuar cobrando deudas.
— ¿Crees que allá continuará torturando a los Cardwell?
— Eso esta más claro que mi muerte.
— ¡Mamá! No hables así.
— Soy realista y tú también debes serlo. Porque sí eres renuente a ser así, tu vida será mucho más dolorosa de lo que fue la mía y eso será tu culpa. Ahora, con Luke no te esfuerces mucho en convencerme que es bueno. Porque bien o mal, cuando muera, en el infierno le haré pagar todo el daño que sé que te va a causar porque tú eres muy tonta. Después de todo estas enamorada. Loca, tonta y perdidamente enamorada.
— No te preocupes por ello. Yo me encargare de que no sea tonta con él.
Mi madre suspira y yo decido hablar.
— No lo seré. No deje que alguien me haga el daño que Jayden y Dylan te causaron. Por lo que, a pesar de estar enamorada no dejaré que se aproveche de mí. Eso es una promesa.
Mi seriedad permitió que dejara el tema en el olvido. Sin embargo, mi incomodidad aumento al decir esas palabras. No miento porque hacerlo me hace sentir mal y es por ello que decirle ello me causa malestar y hace que mi corazón duela al quedar entre la mujer que más amo y admiro y el hombre que amo y deseo.
Salgo de su habitación y suspiro profundo ante el problema que tengo. ¿Cómo puedo cumplir su promesa si mi corazón no permite que me resigne a perderlo?
Rayos, estar enamorada de alguien que tu madre no aprueba es difícil. Real y molestamente difícil. Pero debo intentarlo por ella y por mí. Ya que sé que todo lo que me dice es para mi bien y no por querer llevarme la contraria. Mi razón sabe eso, pero mi corazón no me deja renunciar a él. Así que ¿Qué voy a hacer?