Narra Hasley Las horas pasan, un nuevo día empieza y nos toca despedirnos de los abuelos cuando nunca quise ni pensé en eso. Entre todos, después de discutir como se realizaría su entierro. Decidimos que sería mejor no llevarlos al crematorio sino, enterrarlos en el cementerio a varios kilómetros de la casa. Ya que, a ellos les parecía bonito colocar un árbol en las cenizas de la persona que falleció como muestra de una nueva vida. Pero ellos no estaban de acuerdo con esa forma de despido. Así que, los llevaremos al cementerio en donde los restos de sus familias fueron trasladados. El viaje ocurre lento y doloroso. Todo está en silencio. Ya los abuelos llevan más de veinticuatro horas de haber muerto y nadie en la casa durmió durante toda la noche debido a su ausencia. Es por ello que h