Una impaciente chica estaba sentada en una camilla limpia mirando todo a su alrededor, no quería decirlo en voz alta pero, en su cabeza estaba la idea de volver a casa.
De pronto una puerta se abrió y un guapo hombre entró, no tenía ninguna expresión en su rostro, así que ella no podía saber si estaba enojado, feliz, estresado o lastimado.
—Yun… — dijo Kyomi con cautela.
Yun solo le echó un vistazo rápido y volvió su vista a lo que tenía en una mesa.
—¿Estas enojado conmigo?—preguntó ella armándose de valor.
—¿Por qué lo estaría?—Preguntó él.
—Por…, por lo que ocurrió el otro día.
No hubo respuesta.
—Yo no quise deci….
—Olvídalo —dijo Yun-Daniel y se acercó a ella con un pequeño estuche, se sentó en un banco frente a ella y tomó su mano, empezó a curarle la herida y ella
