Hace muchos años, existió un rey que era muy cruel con sus aldeanos. Este rey, nunca se había enamorado antes de alguien, sus padres, los antiguos reyes, le llenaron la cabeza de muchas cosas que poco a poco fueron acabando con su humanidad, hasta convertirlo en un ser tan cruel que cuando pasaba por el pueblo, las mujeres jóvenes se ocultan por miedo a que este decidiera tomarlas como esposas o como concubinas. Era tanto el miedo que nadie podía decir una sola palabra de lo que ocurría o estarían marcando sus destinos con la misma muerte pegadas en sus frentes. Como cada mañana, el rey de no más de treinta años fue en su carruaje a ver lo que necesitaban los aldeanos y también porque ese día llegaron nuevos esclavos que podría usar para su uso personal, sí, eso último no sonaba tan mal